jueves, 31 de octubre de 2013

Florida - Miami/Orlando - Parte 1

Hace algunos años, posiblemente más de diez, leí El Señor de los Anillos. Probablemente sea uno de los mejores libros que haya leído y seguramente también de los mejores que vaya a leer. Es una obra muy intrincada y a medida que se avanza en la misma, se plantean distintos escenarios, diferentes personajes y el relato se centra por momentos en uno y al siguiente capítulo en otro totalmente distinto, permitiendo que la historia sea muy heterogénea y rica en contenido. Sería de mucho atrevimiento compararme con Tolkien (no me llega ni a los talones!), sin embargo, mi idea con los relatos de Florida sería poder desarrollar una historia similar, con idas y vueltas, cambiando permanentemente de escenarios y de situaciones, de fechas y de protagonistas. Hacia allí vamos!

La historia arranca en Miami, allá por Enero de 2011, cuando por primera vez me subía a un avión. Tal como comencé a relatar en Chicago - Parte 1, Miami formaba parte de una gran vacación tanto por Estados Unidos como por México. De hecho, Miami fue la primera ciudad que pisé luego de bajarme por primera vez de un avión. Sin embargo, ese primer pasaje por la ciudad fue muy breve, dado que era nuestra conexión para ir a Chicago. En menos de dos horas desde que nos bajamos del avión, debimos hacer todos los trámites migratorios, trasladar nuestras valijas (las grandes) de un sector a otro del aeropuerto y luego correr infinitamente (con nuestros carry on) hasta llegar al avión siguiente.

Aproximadamente dos semanas después, temprano en la mañana, estábamos tomando un vuelo desde la soñada New York hasta la cálida ciudad de Orlando. Pasábamos de temperaturas heladas, a encontrarnos una ciudad con casi 30 grados. De paso, comparto una foto del hotel donde nos alojamos, el Clarion Inn Lake Buena Vista.



El objetivo era poder estar dos días en la ciudad e ir a dos parques temáticos. Por un inconveniente en nuestra salida desde NYC, en lugar de estar dos días completos en la ciudad, estaríamos sólamente un día y medio, con lo cual, debíamos planificar realmente bien qué parques visitar. Una vez que hicimos check-in en el hotel, al bajar al lobby descubrimos algo que hay en todos los alojamientos en Orlando: una persona que se dedica exclusivamente a asesorarte acerca de a qué parques te conviene ir, te vende entradas, te da folletos, completito el asunto. Teniendo en cuenta que ya era pasado el mediodía de nuestro primer (y penúltimo) día en la ciudad, el amable caballero nos recomendó visitar Seaworld y Busch Gardens (en Tampa), debido a que ambos parques forman parte de la misma empresa y contratando ambos paseos conseguiríamos un mejor precio (?). No dudamos mucho y aceptamos su propuesta. Taxi mediante, partimos hacia el parque de agua.

Al igual que todos los parques que más adelante relataré, Seaworld es sumamente prolijo y muy bien cuidado y decorado. Tal como sugiere su nombre, todas las atracciones y espectáculos tienen al agua como protagonista. Pueden verse también distintos animales libres caminando por sus instalaciones (en la mayoría de los casos no están al alcance de los visitantes, aunque sí muy cerca). Para muestra un botón, bah, un flamenco:


El parque es realmente bonito y tiene diversos espectáculos en grandes piscinas, con delfines y demás animales, que actúan en conjunto con múltiples acróbatas. Por otra parte, se puede disfrutar de algunas (no demasiadas) montañas rusas y atracciones con agua. Pese a esto, el parque es realmente grande y es necesario caminar muchísimo para recorrerlo por completo. Además, si bien la entrada da acceso a todos los juegos y espectáculos básicos, existen otros shows para los cuales es necesario desembolsar más dinero. Sin embargo, el parque no es nada del otro mundo y no entraría dentro de mis prioridades volver a ir. Si el lector jamás ha ido a Orlando y está pensando en ir, le recomiendo primero visitar los parques de Disney, para luego recién pensar en otras alternativas. Finalizada la recorrida, al salir del parque existe un sistema de ómnibus que esperan afuera y te llevan al hotel que les indiques (o a algunos con los que tienen convenio, ya no recuerdo!).

Al llegar al hotel, cenamos en un Pizza Hut realmente cercano y recorrimos los alrededores del lugar. Fue increíble darnos cuenta de que casi no se veía gente caminando, sino que todo el mundo andaba en su auto. Finalmente, dado que nos habíamos hecho "amigos" del taxista (un iraquí/paquistaní/afgano o símil), lo llamamos para que nos llevara a conocer la noche de Orlando. Allí, entramos a un par de pubs así como a un boliche medio pop/reggeatonero. Como detalle que me pareció medio extraño, la mayoría de la gente que nos cruzamos esa noche tenía pinta de latino (estilo centroamericano), cosa que uno se esperaría quizás en Miami, pero no allí. No es que todas las personas lo fueran, sino que todos estaban vestidos con un look similar. En fin, tomamos algunos drinks y luego volvimos a contactarnos con el tachero amigo, para volver al hotel.

La siguiente entrada seguirá siendo de Orlando, hablaré de Busch Gardens, de los Outlets y de alguna otra cosita más.

lunes, 14 de octubre de 2013

Miscelánea

Dicen que cuando uno tiene un objetivo en la vida, cuando quiere algo realmente, manda algo así como que "señales" al universo y que el mismo conspira a su favor. No voy a entrar en cuestiones filosóficas (eso va en cada uno) ni metafísicas. Lo cierto, es que si había algo que quería hacer cuando fuera grande, era poder viajar, conocer el mundo. Sin embargo, en ese momento la situación económica no era favorable y había otras prioridades más urgentes.

Siempre tuve debilidad por Europa, específicamente por Italia. Con el pasar de los años, me fui dando cuenta que Estados Unidos también podía llegar a tener su encanto. Las grandes ciudades, los parques, la diversidad de culturas, me atraía demasiado. Así y todo, seguía siendo harto complicado poder viajar. Se ve que en ese entonces, mandé bastantes señales al universo cósmico. De forma cuasi imprevista, en los últimos tres años he podido conocer y recorrer lugares que quizás no hubiera imaginado (o por lo menos en el corto plazo), aún ni en un escenario sumamente optimista. Nieve, playas del caribe, ciudades encantadoras, parques de diversiones, paisajes increíbles, todo eso en este tan poco tiempo, lo único que han generado en mí, son más ganas de viajar!

Este blog fue concebido inicialmente como una colección de historias, de recuerdos, de experiencias vividas. Como no podía ser de otra manera, Chicago era LA ciudad con la que comenzar mis relatos. La elección fue simple: era la primera ciudad grande que visitaba (allá por Enero de 2011), el primer destino importante al que iba, esperaba ansioso conocer la ciudad. Y la misma no defraudó. Pese a no ser mi lugar favorito en el mundo, tenía muchos argumentos para ser la primera en ser relatada. 
Luego, se me hizo inevitable comenzar a hablar de New York. No escatimé en palabras intentando pasar a relatos mis historias. Y se ve que en ese entonces, mandé tantas señales al universo, tantos deseos de volver, que menos de dos meses después de comenzar a hablar de la ciudad (en Agosto de 2012) estaba volviendo a mi lugar en el mundo.
Al volver, como forma de no acumular pendientes, volví a retomar los relatos, sin sospechar que en Febrero de 2013 me esperaba otro viaje. Fue así que terminé de escribir el capítulo NYC y comencé a escribir acerca de Boston y de las historias generadas en ese día y medio vivido en la ciudad.
Finalmente, en Agosto de 2013 apareció otro (mini) viaje en mi camino, así como nuevas experiencias a ser relatadas. Fue por esto que las últimas entradas corresponden a la ciudad de Cleveland y del parque Cedar Point en Sandusky.

Y acá estoy, comiendo galletas de arroz saman. Intentando decidir sobre qué ciudad escribir ahora, mientras planifico alguna salida para el año que viene. Aunque bueno, esto recién está en pañales y por ahora prefiero no adelantar nada.

Listo, decidido. Seguramente en las próximas entradas, hable de Miami. Sin embargo, me sería bastante complicado desligarlo de otras ciudades del estado de Florida, con lo cual y a modo de punteo, resumo los temas/lugares/ciudades de los que hablaré en las próximas oportunidades:
Miami - Orlando - Sarasota - Naples - Sanibel - El mejor hostal del mundo - Disney - Busch Gardens - Shoppings/Outlets - Dexter - El chivito de Oro - La camioneta - La grúa - La sala VIP - Las playas

En fin, intentaré ser lo más prolijo posible en próximas entradas, porque sino va a ser un matete de temas y ni yo me voy a entender!

P.S. Ahora que lo pienso, se me va a complicar bastante escribir las historias de una forma semi ordenada, así que a no sorprenderse si la próxima entrada no coincide con mis predicciones. Arrivederci!

P.S.2. Dado que este post carece de imágenes, dejo una con mi mapa de vuelos, esperando que el mismo tenga novedades de acá a un año!


jueves, 26 de septiembre de 2013

Cleveland - Parte 4

Había una vez, truz. Cuack! En fin, esta debería ser la cuarta (y última) entrada correspondiente a mi visita a la ciudad de Cleveland (y Sandusky), en el mes de Agosto de 2013. Para los lectores que no sean frecuentes, les cuento que desde hace algún tiempo vengo armando un blog con mis experiencias en distintos viajes. Mi principal idea es contar anécdotas, dar consejos, recomendar sitios, etc. Disfruto tanto al escribir, que cada entrada escrita aumenta mis ganas de volver a viajar, es como un círculo vicioso.

Te recomiendo que antes de leer esta entrada, pases por acá:


A modo de breve resumen, mi visita a Cleveland formó parte de un viaje bastante relámpago que también incluyó una ida al estado de Florida, por las ciudades de Miami, Sarasota, Naples y algún que otro poblado cercano. Todo en cinco días.

Retomo el relato de la entrada anterior. Cleveland es una ciudad chica, bastante para el tamaño estándar de las ciudades de Estados Unidos. Habíamos investigado en internet algunos lugares para ir en la media jornada que teníamos disponible, siendo el museo de Rock and Roll uno de los lugares más recomendados. Hacia allí fuimos. Si el lector es asiduo de estos lares, recordará que en la primera entrada correspondiente a esta ciudad, mostré una imagen de una guitarra, en honor al museo, en el aeropuerto. Indiscutiblemente es una de las mayores atracciones de la ciudad. Según la wikipedia, el salón de la fama de rock es un museo dedicado al recuerdo y memoria de los artistas más famosos e influyentes de la industria musical a través del género de la música rock.

La siguiente imagen muestra la entrada principal del museo y salón de la fama:


No se aprecia demasiado, pero el lugar es realmente grande y cuenta con distintas áreas divididas según ocho (o nueve?) categorías. En cada uno de esos sectores, existen stands dedicados a bandas o cantantes famosos, donde se muestran fragmentos de letras, ropas  o atuendos típicos, así como extractos de revistas y videos. En otros casos, habían auriculares para poder disfrutar algunas canciones. Incluso allí adentro, transmitía en vivo una radio, que me imagino, pasaría Rock. No me voy a explayar demasiado hablando del museo, les dejo una foto más y cambio furibundamente de tema:


El atuendo, tal como surge en la carátula del álbum que aparece debajo, corresponde al disco Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band, de los Beatles; para muchos, considerado el mejor disco de la historia. Para mi no, aunque creo que tampoco tengo un disco favorito. 

Luego de comprar algún recuerdo del lugar y sacar alguna que otra foto, continuamos nuestra travesía. El siguiente paso era conocer un submarino utilizado en la segunda guerra mundial. Suerte para nosotros, el mismo estaba ubicado a escasas dos o tres cuadras del museo, ideal para nuestro tiempo disponible. Al llegar, descubrimos que en la parte de afuera del submarino, había algunos instrumentos en exposición, tales como un periscopio y un torpedo.

Finalmente entramos. Lo primero que debo decir, es que el lugar no es apto para claustrofóbicos. Los espacios son realmente reducidos y los pasillos muy angostos. Pese a esto, es extremadamente largo y con espacio para contener decenas de personas en su interior. Como muestra, en la siguiente foto se puede observar el lugar donde dormían los militares de menor rango.


Tal como surge de la imagen, en esa sala dormirían por lo menos 20 o 25 personas. Alguien que haya visto alguna película que transcurra en algún submarino, podrá darse cuenta que las escenas donde los militares corren raudos y presurosos por los pasillos, sin chocarse, podrá darse cuenta que no hay chance de que eso suceda en la vida real. En otros sectores, te podías encontrar con baños, cocina (bastante completa por cierto), dormitorios con menor cantidad de camas (seguramente para personal de mayor rango que el de la foto anterior), una sala para lavar ropa, la sala de torpedos, el periscopio, motores, etc. Es, realmente, gigantesco. Un detalle que omití en el relato, es que en cada una de esas salas había un reproductor donde se explicaba el rol de ese sector del submarino, quiénes trabajaban ahí y sus tareas. En fin, si alguien visita la ciudad, no puede perderse este paseo (salvo que, tal como ya advertí, sea claustrofóbico).

Nos quedaban MUY pocas horas en la ciudad. El hambre arremetía contra nuestra voluntad de seguir paseando, con lo cual, optamos por visitar el Hard Rock Café local. Por el poco tiempo disponible, comimos una hamburguesa al pan con fritas (que sabía bastante mejor de lo que suena en este momento). Un elemento destacable del lugar, es que se encuentra emplazado en un hotel/centro comercial. Hasta ahora, todos los que había visitado eran locales individuales. Finalmente, con más prisa que pausa, retiramos el Spark del estacionamiento y nos fuimos para el aeropuerto.

Este es el momento donde confirmamos que la mala suerte era la tercera persona que iba en el viaje. Llegamos al sector donde se devolvían los autos, lo dejamos y nos fuimos en el bus que ya mencioné en la segunda entrada de Cleveland. Estando en el aeropuerto, a punto de despachar las valijas, nos dimos cuenta de dos cosas. La primera, era que nuestro vuelo se había atrasado unos 45'. Nos venía bien porque estábamos medio apretados de tiempo. La segunda, era que habíamos perdido una billetera. Caos. Adios dinero, tarjetas, documentos, todo. La única chance que nos quedaba era que se hubiera caído dentro del Spark, por lo cual, despachamos las valijas y nos fuimos, nuevamente, al edificio donde se alquilaban los autos. Para no demorarla más, la billetera terminó apareciendo en el auto, con todos los elementos que tenía antes de perderse (y eso que había bastante dinero adentro). Bastante aliviados, volvimos al edificio principal y partimos hacia Miami.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Cleveland - Parte 3

Soy muy desordenado para escribir. No en la línea argumental de una entrada, sino más bien, en el orden de escritura (de ciudades, de experiencias) que voy llevando. Quizás hubiera sido más conveniente contar mis viajes en orden, de forma de ir cerrando pendientes. O quizás no.
No sé. Lo cierto es que hace algo más de un mes, andaba paseando por las calles de Cleveland, en medio de un viaje relámpago. Si es la primera vez que lees este blog, o bien si no lo seguís medianamente seguido, te aconsejo engancharte con la entrada anterior:


Habíamos salido de Cedar Point. Cansados, muy mucho. Recuperamos el Spark y salimos por la autopista. Misteriosamente, el camino de vuelta fue sin inconvenientes: no nos perdimos. Por lo tarde de la hora, no habían muchos lugares abiertos para comer y el hambre se estaba haciendo sentir, a fin de cuentas, comer en un parque de montañas rusas no terminaba de ser una buena idea! Allá a las cansadas, encontramos un Applebee's. Para quien no conoce, es un típico lugar de comidas estadounidense, lleno de televisores LED pasando baseball o football, decoraciones de equipos locales, una barra central cuadrada ideal para codearse a tomar una cerveza y todo ese tipo de cosas. Comer en Applebee's es realmente barato teniendo en cuenta que no es un lugar de comidas rápidas y de hecho, las porciones son abundantes y deliciosas.



Llegamos al día 2. Según los planes, estaríamos en la ciudad hasta las 16 horas, con lo cual, teníamos que ser muy precisos con los tiempos para conocer la ciudad. Nuestra única ventaja es que Cleveland es una ciudad relativamente chica y fácil de recorrer.

Desayunamos tranquilos pero en forma abundante. Debo decir que le hicimos honor al desayuno buffet y fuimos implacables. Dado que nuestros tiempos estaban realmente acotados, optamos por poner todas las valijas en el Spark, hacer check-out en el hotel y dedicarnos el resto del tiempo a recorrer la ciudad.

Uno de nuestros objetivos en Cleveland era conocer el lugar donde recientemente se descubrió que había tres chicas secuestradas hace diez años. Cuando llegamos, nos dimos cuenta que la zona estaba medio jodida; típica zona industrial semi abandonada y con fábricas abandonadas. Llegamos al lugar y descubrimos que estaba custodiada por un auto con una policía en su interior. También comprobamos en ese instante algo que ya nos habían comentado: la casa había sido demolida el día anterior. Sinceramente, da impresión caminar por el lugar, las casas más cercanas a la demolida estaban tapiadas, una de ellas con un ramo de flores en su puerta. Cualquiera que pasara por allí podía notar que algo raro había pasado. La siguiente foto debe ser del día anterior al que fuimos nosotros.


Cumplido lo anterior, dejamos el auto en un garage y nos dedicamos a caminar por el centro de la ciudad. Tuvimos la muy buena suerte, de que el día estaba súper lindo, soleado y casi sin nubes. El centro de la ciudad terminó siendo mejor de lo que esperábamos, muy espacioso, con mucho verde, con múltiples plazas y edificios bien cuidados. Como toda ciudad estadounidense, contaba con edificios el doble de altos que cualquiera de los (edificios) montevideanos. Dejo alguna foto de la ciudad. Si quieren más, vayan :P


La siguiente foto corresponde al "War Memorial Fountain", algo así como una fuente como memorial de guerra. Es realmente grande y majestuosa y ocupa el centro de una plaza.


Sigo con la historia. Quien sigue un poco la NBA, sabe que hay un equipo llamado Cleveland Cavaliers, que vendría a ser el equipo de la ciudad, el más popular. LeBron James fue su principal figura a lo largo de la historia. Lo cierto es que teníamos intenciones de conocer su estadio, por lo cual, dado que estábamos MUY cerca, caminamos hacia allí. Al llegar nos sorprendimos bastante, dado que en un predio gigante, nos encontramos con tres estadios. Por un lado, la cancha de los Cleveland Cavaliers de NBA. Pero además, Progressive Field, donde los Cleveland Indians (equipo de baseball) ofician de locales. Finalmente, el Quicken Loans Arena, donde juegan los Cleveland Gladiators, equipo de fútbol americano. Lamentablemente, no pudimos entrar a ninguno de los tres, pese a haber estado realmente cerca. Quizás el más interesante para ver era el de los Cavaliers, pero nos dijeron que estaba en reformas antes de que empezara la temporada regular.

Culminado el recorrido, decidimos ir al "Rock and Roll Hall of Fame and Museum". Sin embargo, esa experiencia la contaré en la próxima entrada. Camino al museo, pudimos caminar por una zona con pasto e inclinada hasta alcanzar unos veinte metros de altura. Luego nos dimos cuenta que ese lugar, a altura del piso, era el centro de convenciones de la ciudad. Dejo una imagen del mismo:


En la foto no se nota mucho la inclinación, pero creánme cuando les digo que las dos personas apoyadas en la baranda, están en una zona llena de pasto.

En la próxima entrada, seguramente la última de la ciudad de Cleveland, hablaré del museo de rock, del submarino, de Hard Rock y de todos los inconvenientes surgidos antes de partir a Miami.

sábado, 24 de agosto de 2013

Cleveland - Parte 2

Allá por Junio de 2012, me propuse crear un blog, a modo de bitácora, donde contara experiencias vividas, lugares lindos para visitar, que sirviera para dar consejos o simplemente, donde pudiera escribir un poco y rememorar grandes recuerdos. En ese momento, contaba únicamente con un único viaje "grande" en mi haber, con lo cual, terminaría de contar mis relatos a los pocos meses y luego quedaría a la espera de una nueva experiencia para volver a empezar a escribir. Sin embargo, el destino es tan imprevisible, que hoy, apenas un año y poco después, son cuatro los viajes que tengo para relatar.

Este post sigue la línea del anterior y corresponde a la ciudad de Cleveland, Ohio. Si aún no leíste la entrada anterior, te conmino a que des click en el siguiente enlace:



Estábamos en el aeropuerto, ya teníamos las valijas con nosotros, era hora de hacernos con el auto que habíamos reservado previamente. Averiguamos y nos dijeron que debíamos ir a otro edificio anexo, donde estaban las rentadoras y que un ómnibus nos llevaría gratis, con lo cual, hacia allí fuimos. Fuera del aeropuerto, existe un servicio de traslado a quienes rentan autos, mediante un sistema de buses con una frecuencia bastante alta (por las cuentas que saqué, alrededor de uno cada diez minutos). Por dentro son buses normales, aunque con un espacio central donde se dejan las valijas (por si no me expreso del todo bien, no van en ninguna bodega, sino con los pasajeros). Llegamos a un edificio bastante más chico que el aeropuerto, pero muy bien cuidado. Tenía un aire al aeropuerto de Carrasco en una versión (aún más) reducida. Allí nos hicimos con un Chevrolet Spark que terminó siendo nuestro compañero de ruta por las autopistas de Ohio.

Luego de meter medio a prepo las valijas, partimos hacia el hotel. Teníamos reserva en "La Quinta Inn", que es una cadena de hoteles medio pelo. Sin embargo, cuando llegamos encontramos todo muy ordenado, prolijo y cuidado, mejor de lo que esperábamos según los comentarios que nos habían hecho. Luego de dejar todas nuestras pertenencias, partimos hacia el parque Cedar Point, razón cuasi excluyente por la cual habíamos ido a parar a Cleveland. Guiados por los mapas de nuestros smartphones, comenzamos el viaje. Entiéndase que íbamos siguiendo un mapa y NO teníamos contratado un GPS que realmente te guía y te calcula el mejor camino, con lo cual, estábamos un tanto limitados (más de lo habitual). En el camino, nos cruzamos con una cadena de restaurantes mexicana, llamada Chipotle. Un lugar similar a este:




Dado que había hambre en el cuadro, paramos para almorzar. En búsqueda de sabores nuevos, se me ocurrió ponerle una salsa medio picantona a la comida (que era una ensalada con unos pedacitos de carne entreverados). Lo cierto, es que la salsa, lejos de ser picantona, era bastante picante y de hecho, tampoco era la más jodida. Creo que por el hambre que tenía pude liquidar el plato sin problemas, aunque bueno, necesité arriba de un litro de jugo de limón para bajarlo. Pese a esto, la comida es muy rica y barata, con lo cual, dedito para arriba para Chipotle.

Seguimos viaje. Luego de perdernos durante un momento y de algunos intentos fallidos de incorporarnos a la autopista, logramos encausarnos. Luego de una media hora, estábamos llegando al parque.

Cedar Point es un parque de atracciones ubicado en la ciudad de Sandusky, a una hora aproximadamente de Cleveland. Durante los últimos quince años, ha sido votado como el mejor parque de diversiones del mundo y actualmente cuenta con la mejor montaña rusa del mundo (Millennium Force). Recibe arriba de tres millones de visitantes en el año, aunque en realidad, abre únicamente entre Mayo y Octubre. Cedar Point cuenta con más de 70 atracciones, 17 de las cuales son montañas rusas (varias de ellas, entre las mejores del planeta). Por dentro está ambientado de una forma similar a algún parque de Disney, con construcciones que imitan a casas del lejano oeste o a cuentos de fantasía.

Uno de los grandes errores de nuestra ida a Cedar Point y que hasta hoy me lamento, fue no haber pagado los 20 usd extra para sacar el Fast Lane. Dicho de otra forma, se paga un poco más para tener preferencia en la cola de los juegos, por lo cual, esperas de más de treinta minutos o una hora, podrían haber sido considerablemente más cortas. En fin. La primera atracción a la que subimos se llama Gate Keeper, que es la última que fue inaugurada en el parque, con un costo de entre 25 y 30: usd. En esta primera montaña rusa, descubrimos que Cedar Point merecía más de las siete horas que teníamos planificado dedicarle. También descubrimos que las montañas rusas del parque estaban alucinantes. La siguiente foto muestra a Gate Keeper:



Continuamos por uno de los senderos que habíamos marcado en el mapa. Las siguientes atracciones fueron Raptor (fue inaugurada en 1994, rompiendo records de altura y velocidad, hoy es una más), Iron Dragon (una de las más livianitas a las que nos subimos) y Mantis. Al igual que Raptor, Mantis en su momento rompió varios records y una de las peculiaridades que tiene es que no vas sentado en la misma, sino parado. La experiencia es totalmente distinta a la del resto de las montañas rusas, dado que vas con otra tensión en el cuerpo, pero es absolutamente disfrutable y te dan ganas de subir nuevamente.

Llegados a esa altura del parque, nos encontramos enfrente a Millenium Force. La cantidad de gente que esperaba afuera era abismal, por lo cual, decidimos probar un juego afuera, en el cual, si lograbas hacer caer una ficha en un determinado lugar, ganabas pasar directamente al juego, evitando la cola. Jugamos. Perdimos. Tuvimos que esperar arriba de dos horas para poder subir y este fue el momento donde más lamentamos no sacar el Fast Lane. Pero bueno, tal como dije anteriormente, es la mejor montaña rusa del mundo por destrozo. Así de simple. Tiene un poquito más de 2 km de largo, casi 100 metros de altura y va a 150 km/h. Son 2 minutos y 20 segundos de pura adrenalina, vértigo y velocidad, totalmente no recomendable en caso de haber ingerido algún sólido en las últimas dos horas. La gente salía secándose los ojos y sonriendo, cosa que no entendimos hasta experimentar Millennium Force. Producto de la velocidad, te terminan llorando los ojos. Por otra parte, producto también de la velocidad, te terminás tragando decenas de mosquitos e insectos varios, mientras que otros, perecieron en mi camiseta. Afuera de la atracción estoy convencido de que tendrían que poner una tabla de información nutricional. En la siguiente foto, puede verse la altura del animalito este:



Mientras que en la siguiente, la velocidad y las caras de los pasajeros:



Finalmente, un video de Millennium Force:



Lamentablemente, el video no aporta las mismas sensaciones que uno siente estando ahí arriba. Pese a esto, los invito a mirar el tamaño de las cosas cuando el carro está arriba del todo, un instante antes de comenzar a caer.

Cuando salimos de Millennium Force, eran casi las 10 pm, hora en la que Cedar Point cierra sus puertas. Cabizbajos, comenzamos nuestra retirada, hasta que notamos que varias de las atracciones continuaban en funcionamiento, con lo cual, desaforados, volvimos a nuestro camino. Se nos apareció un gigante de madera denominado Mean Streak. Actualmente, es una de las atracciones de madera más altas, largas y veloces del mundo. Dado que no tenía cola de gente esperando, corrimos todo el recorrido hasta llegar a los carros. La experiencia estuvo genial, el hecho de que fuera de madera, cambia totalmente los sonidos que se sienten. Haber subido de noche, le dio un toque de misticismo e intriga, dado que no tenías idea como seguía o hacia dónde se dirigiría el carro.

Corriendo otra vez, nos encontramos con Cedar Creek Mine Ride, una montaña rusa de madera bastante simplota (en comparación a todas las anteriores) pero también muy disfrutable. Finalmente, llegamos a Gemini, una de las montañas rusas más antiguas del parque (y al igual que muchas de ellas, en su momento rompió diversos records). Tal como surge de su nombre, en esta atracción hay dos carros gemelos (uno rojo y el otro azulado) que juegan una carrera. Gemini es una montaña rusa de acero, con estructura de madera, totalmente recomendable en caso de ir.

A esta altura de los acontecimientos, notamos que ya estaba todo cerrando y que era el momento de partir. Nos quedó en el tintero subir a algunas otras atracciones (a las que creo hubiésemos llegado en caso de comprar el Fast Lane), pero bueno, bastante hicimos para el poco tiempo que estuvimos. Recuperamos el Spark y volvimos a Cleveland.

En la entrada siguiente, cuento la media jornada vivida en nuestra primera ciudad destino.

martes, 20 de agosto de 2013

Cleveland - Parte 1

Cuando uno se pone a analizar un mapa de los Estados Unidos, casi instantánea como inesperadamente, tiende a posar su mirada sobre determinadas ciudades, léase: NYC, Miami, San Francisco, Las Vegas, Washington y algunas otras más. Luego de ese golpe de vista inicial y consciente de que mantiene inexplorado un 99% del mapa, seguramente se intente divisar otros lugares (un poquito) menos conocidos, como Chicago, Boston o Houston. Es altamente posible que se procure, también, localizar lugares famosos, como el cañón del Colorado, Disney o cosas así. Sin embargo, me jugaría un bidón de Coca Cola, que serán pocos quienes intenten ubicar a Cleveland en el mapa.

Luego de la introducción anterior, el lector avispado y con buena capacidad de síntesis, podrá llegar rápidamente a la conclusión de que, en esta entrada, voy a hablar de la ciudad de Cleveland. Enhorabuena chaval, le has dado en la tecla!

Sin embargo, para no romper con el ritual, dejo un enlace a la primera entrada:


Ahora sí. Al igual que con el resto de las ciudades, me veo tentado a dar una dosis de cultura general de la ciudad, sin embargo, comprendería perfectamente que desde que vio el título, el lector se estuviera preguntando: "A qué (carajo) habrá ido este tipo a Cleveland?" De hecho, cuando comenzamos a planificar el viaje, seré sincero, yo me pregunté algo parecido. La razón es bien simple, hay un parque de diversiones a una hora de distancia, llamado Cedar Point. Este parque, ha ganado durante los últimos 15 años el premio al mejor parque de diversiones del mundo. Por otra parte, una de sus montañas rusas (Millennium Force) es la actual ganadora del premio a la mejor del mundo. Creo que ya di argumentos suficientes para explicar el motivo de mi viaje.

Cleveland es una ciudad al noreste del estado de Ohio, a la orilla sur del Lago Erie. La ciudad fue fundada en el año 1796 y cuenta actualmente con aproximadamente 400.000 habitantes, aunque arriba de dos millones en su área metropolitana. En un estudio del año 2005, Cleveland fue elegida como una de las ciudades más habitables de los Estados Unidos y la mejor para realizar encuentros de negocios. Sin embargo, la ciudad debe afrontar algunos problemas de seguridad (muchos estadounidenses la consideran una ciudad insegura), de pobreza localizada en determinadas zonas y de educación pública.

La siguiente es una foto nocturna (que no es de mi propiedad) de Cleveland, pese a ser una ciudad chica, podrán apreciar que es realmente bonita:


Este viaje se produjo en el mes de Agosto de 2013, luego de varias semanas de planificación. De hecho, era el viaje al que íbamos mejor preparados, incluso con una especie de itinerario armado, cosa de asegurarnos poder visitar aquellos lugares que más nos llamaron la atención en la investigación previa. Creo que no lo mencioné anteriormente, pero íbamos a llegar a la ciudad al mediodía de un miércoles y la íbamos a abandonar el jueves siguiente a las 5 pm, por lo cual, teníamos que andar rápido cosa de visitar todo lo planeado. Sin embargo, pese a nuestra minuciosa investigación, planificación y organización, todos los planes se cayeron apenas subimos al avión.

"Una serie de eventos desafortunados" es una serie de libros de ciencia ficción, cuyo título, no podría reflejar mejor lo que vivimos esa noche en el aeropuerto. Intentaré hacer un resumen de los aconcecimientos en algunas pocas líneas, de forma de no aburrirla demasiado. Haré un breve punteo:
- Teníamos hablado un taxi para que nos pasara a buscar a las 18.30 hs, taxi al que terminamos subiendo casi a las 19 hs por no tener todo el equipaje pronto. 
- Llegados al aeropuerto, la máquina de autoservicio (para hacer el check-in) estaba rota. 
- Estaba en nuestros planes entrar a la sala VIP del aeropuerto de Carrasco en el tiempo libre que nos quedaba. Evidentemente (y por como viene la mano), no pudimos entrar ambos (el motivo no viene al caso).
- Esperando antes de subir al avión, me cruzo con el peluquero Roberto Giordano quien iba moviendo su cabeza con glamour (?)
- Pese a tener varios vuelos encima, eligen a mi amigo para hacerle el chequeo de seguridad antes de subir al avión (chequeo que le hacen a 5 personas en 300).
- Una vez que subimos al avión, todo parecía normal, hasta que el capitán anunció problemas técnicos en la nave, por lo cual no despegaríamos hasta que no fueran resueltos. Tres horas después, estabamos descendiendo nuevamente en el aeropuerto de Carrasco. El vuelo había sido demorado hasta el día siguiente a las 19 hs, con lo cual, el plan de visita de un único día a Cleveland se veía trunco.
- Dado que únicamente nos dieron un vasito de agua durante las tres horas de espera, fuimos a Mc Donald's a comprar un combo. Me olvido de la promoción del Sundae de regalo. Caliente por tal descuido, me pido el combo agrandado. Cuando me voy a sentar, se me cae la bebida. Alto enchastre. Genial.
- Durante la cena, reprogramamos todo el viaje moviendo todas las estadías y reservas un día para adelante, sin embargo, los amigos de American no quisieron hacerse cargo de los gastos del hotel de Cleveland por la noche que no nos íbamos a quedar, pese a haber sido reservado en su propia página web.
- Finalmente, nos habían ofrecido quedarnos en un hotel en Montevideo. Imaginando sería un Sheraton o algo así, voy a averiguar. Luego de idas y venidas, me responden que era únicamente para extranjeros.

En fin, al día siguiente, partimos a las 21 horas sin ningún tipo de inconveniente. Llegados a Miami, entramos a la sala VIP, donde pudimos estirar las piernas, desayunar abundantemente sin preocuparnos por el tiempo e incluso sacar las entradas para el parque de diversiones. Luego, subimos al avión hasta nuestro primer destino, al que llegamos sin sobresaltos. Aparentemente, la mala racha había quedado atrás. Nótese que la palabra aparentemente y la condicionalidad de la frase anterior, no son casualidad y que, por el contrario, la mala racha nos acompañó en muchos momentos del viaje.

Lo último que voy a decir en esta entrada, es que el aeropuerto de Cleveland es realmente chico comparado con las dimensiones de otros de Estados Unidos. Pese a esto, es más del doble de grande que el de Carrasco y con bastante más movimiento. En sus interiores, tiene bastantes decoraciones, la mayoría relativas al "Rock and Roll, Hall of Fame and Museum", con guitarras y paisajes del lugar. En próximos relatos contaré nuestra experiencia en el lugar. La siguiente imagen es de mi autoría y muestra lo que comentaba antes acerca de la cartelería:


Listo, no aburro más. Intentaré seguir en breve con los relatos. Resta hablar del museo del rock, de Cedar Point, del submarino, de la billetera, del Spark! En fin, hay mucho por contar!

domingo, 18 de agosto de 2013

Boston - Parte 3

Es raro. En su momento, me había propuesto escribir por lo menos una vez a la semana, como forma de rememorar grandes recuerdos, pero a su vez, para darme cuenta cuánto me gusta viajar y conocer cosas nuevas. De esta forma, cuasi inconscientemente, uno se predispone a pensar en el asunto, a pensar en viajar nuevamente, con el válido razonamiento de querer repetir aquello que uno ha disfrutado enormemente. Incluso, he llegado al extremo de tener de fondo de escritorio un paisaje de NYC, tanto en el laptop como en la PC del trabajo, como forma de recordar, día tras día, que tengo que volver.

Pese a esto, la última entrada que recuerda este blog, corresponde al mes de Marzo de 2013, es decir, de hace casi cinco meses. Como siempre, facultad, trabajo y viajes (para variar!) han conspirado en contra de la asiduidad de mis relatos. 

Sin más, intentaré volver a la línea de historias, que si no recuerdo mal, nos situaba en la ciudad de Boston, en esa visita fugaz de mediados de Enero de 2011. Para leer la entrada anterior, click en el siguiente link:


Antes de seguir con el hilo argumental, me permito un breve impasse para resaltar que acabo de notar que tanto esta entrada, como la anterior, comienzan con la frase: "Es raro.". Es raro.

Ahora sí. Terminamos nuestra visita por el Museo de Ciencia de Boston y decidimos ir a conocer el campus de Harvard. Sinceramente, no tengo el recuerdo totalmente fresco de toda esta experiencia, por lo cual, me guiaré por fotos, imágenes vagas que flotan por mi cabeza y lo que no recuerde, intentaré que pase lo más desapercibido posible.

Sin embargo, antes del relato, un poco de cultura general. Harvard es una universidad privada que fue fundada en el año 1636 (si, 1636!) que se encuentra localizada en Cambridge, Massachusetts, contando aproximadamente con 6.700 estudiantes de grado y 13.000 de posgrado, siendo la institución de enseñanza superior más antigua de los Estados Unidos. Es la mejor universidad del mundo según varias calificadoras internacionales.

Llegamos al campus de Harvard a través del subte, como casi siempre en este tipo de ciudades. Quien haya visto la película "La Red Social", donde se habla de Facebook y su proceso de creación, seguramente recuerde imágenes como la siguiente (por más que en la película creo que no hay escenas con nieve).


Son múltiples los edificios en el campus. Por su forma y distribución, se me antoja a que muchos de ellos (similares a los de la foto) son residencias estudiantiles. Es más, no me extrañaría que estén divididas según las fraternidades (onda theta-gamma-alpha), pero bueno, eso es más hipotético que real. Anduvimos paseando un poco por sus alrededores, tomando fotos con un tal John Harvard (para los despistados, el que dio nombre a la Universidad) y conociendo la zona. En el mismo predio, hay una especie de capilla/iglesia, que estaba cerrada a esa hora.

Continuando con la recorrida, encontramos un edificio que parecía servir para el dictado de clases. Entramos. Efectivamente, confirmamos nuestra teoría. Una de las mayores decepciones, fueron los salones. Por algo que desconozco, me esperaba algo totalmente distinto, a fin de cuentas, una de las mejores univesidades del mundo, debía tener algo diferente. Pero no. Me encontré con pasillos apenas más amplios que los de mi facultad, salones en formato de anfiteatro (si no recuerdo mal) y quizás el entorno un poco más decorado. Pero nada muy loco. Por otra parte, también vimos un salón lleno de computadoras de escritorio, que se me ocurre podría ser un laboratorio de informática, pero no sé si sería realmente. Otra mini decepción, fue no encontrar ningún cartel nomenclator que indicara que uno estaba en Harvard, estuvimos varios minutos buscando para sacar una foto, pero nada.

Al igual que múltiples universidades de Estados Unidos, Harvard cuenta con una tienda donde se pueden comprar distintos productos relacionados al instituto, desde libros de texto, hasta remeras, gorros, llaveros, y casi cualquier artículo que uno pueda imaginar. Hicimos una breve visita, en la cual me hice de una taza con el escudo de Harvard y seguimos viaje.

Dado que en la ciudad habíamos conseguido alojamiento gratis, se nos ocurrió la brillante idea de invitar a los dueños de casa a cenar a algún lugar. Evidentemente, sin conocer Boston, les dijimos que hicieran los honores y fueran ellos quienes eligieran el sitio, a fin de cuentas, qué podría pasar? 

Antes de continuar, entiendo necesario hacer una pequeña aclaración. Dado que nuestro viaje era de arriba de tres semanas, solíamos almorzar y cenar en lugares de comida rápida y/o barata, cosa de no desprendernos de demasiados dólares en cada ingesta. Sigo.

Nos encontramos con los dueños de casa, quienes nos llevaron a un sitio que al menos desde afuera, no tenía mucho aspecto de nada. Entramos, nos ubicamos y nos trajeron el menú. Lo único que voy a decir, es que comí los mostacholes más caros de mi vida y que el costo de la idea fue de (algo así como) u$s 230 (y eso que los dueños de casa pagaron el vino y la propina, sino se iba a 300 fácil). Nunca había perdido tanto dinero en tan poco rato, hasta hace algunas semanas en Miami (ya llegará esa historia).

Lo cierto, es que una vez finalizada la cena y para quemar los pocos dólares que aún nos quedaban, salimos a romper la night en Boston. Va, en realidad, nos metimos a un típico bar de Estados Unidos, con una barra central rectangular y múltiples LCD, a tomar unos tragos para matar el frío. Nada raro ni ultra loco. Una vez terminada la joda, emprendimos marcha hacia nuestro alojamiento. Como detalle de esa caminata al frío, resalto que infringí una regla medio jodida (que no hubiera estado bueno si me agarraba la cana y dejo al lector imaginarse qué pude haber hecho), y que nos clavamos una muzzarella en Papa John's Pizza.

Finalmente, llegamos al apartamento, donde pasamos la noche. Para terminar el capítulo Boston, teníamos boletos para ir a NYC en un ómnibus que salía a eso de las 6 am. Por alguna razón rara, le erramos al horario y perdimos el bus. Diga que el tipo de la empresa se la jugó y nos dejó subirnos en el turno siguiente, 20' después.

Listo, terminé con Boston. Felizmente aún me quedan varias ciudades por escribir, con lo cual, tendré que decidir en estos días por dónde sigo. Gracias por llegar hasta acá!

viernes, 29 de marzo de 2013

Boston - Parte 2

Es raro. Casi todas las ciudades en las que he estado, me han dejado una gran impresión y la gran mayoría de ellas, las ganas de volver. Sin embargo, esa sensación (no se por qué) Boston no me la dejó. Lo gracioso, es que pensando en retrospectiva, el día y pico que paseamos por la ciudad (además de ser bastante intenso) fue muy disfrutable. Supongo que puede llegar a deberse por cuatro motivos, a saber: 

1) El paseo duró realmente poco, estuvimos un día completo y dos noches, con lo cual, uno no se acostumbra al lugar cuando ya se tiene que ir. Esa podría ser una de las explicaciones.
2) Era la ciudad inmediatamente anterior a la ida a New York, con lo cual, quizás con cualquier otra ciudad me hubiese pasado lo mismo y no la habría disfrutado lo suficiente.
3) La noche anterior a irnos, pagamos una cena de arriba de 200 dólares. Más adelante, detalles.
4) Todas las anteriores.

Ahora me doy cuenta que volvería a Boston y le daría una segunda oportunidad, aunque estaría al menos tres días, de forma de "conocerla" un poquito más.

Si estás por acá, te recomendaría que leas mi entrada anterior de Boston. La encontrás en el siguiente enlace:



Ya habíamos recorrido el MIT lo suficiente. Ya habíamos recorrido (un poco) el campus y entrado a alguno de sus edificios. Ya habíamos comprado algún que otro recuerdo para que sirviera de testigo a futuras generaciones (?). Ya habíamos sacado algunas fotos (incluído el iglú que comenté en la entrada anterior). Era hora de partir.

Estaba en nuestros planes conocer el museo de ciencia de la ciudad. No recuerdo si nos habían recomendado que lo visitáramos, o si fue producto de nuestra minuciosa investigación, lo cierto es que hacia allí partimos. Sin embargo, optamos por pasar antes por el "Old City Hall" de la ciudad. Es un edificio que por el tipo de construcción, parece ser bastante antiguo y lujoso. No entramos al mismo, aunque aprovechamos para sacarnos una foto con una escultura de un burro que había afuera. No tengo ni idea cuál era el significado de la misma, pero bueno, allí estaba, algo tendría que representar imagino. La siguiente foto es bastante fiel al escenario con el que nos encontramos, salvo que el burro que nosotros vimos, no tenía la capa de nieve que tiene este.




Pese a eso, imagino que estaría recién quitada, porque como comenté varias veces ya, había muchísima nieve en la ciudad ese invierno.

Un par de cuadras después del "Old City Hall", atravesamos una plaza. No tengo idea su nombre o si era importante o no. El lector se preguntará entonces por qué comento esto. Por lo siguiente: la plaza tenía (al igual que muchos lugares en USA) wifi gratis, con lo cual, enfermitos nosotros, anduvimos a paso lento por la misma captando algo de señal y actualizando nuestras redes sociales, leyendo mails y todo eso que se hace en internet. Un grupo de palomas (realmente grande) andaba todo junto por la plaza, como si hubiera alguien que las estuviera alimentando. Sin medir riesgo pasamos junto a la "manada" de plumíferos, que para sorpresa nuestra, comenzaron a seguirnos desafiantes. En fin, fue medio bizarro apurar el paso porque un grupo de palomas te persigue, pero bueno, eran muchas y tenían aspecto de malas.

Antes de llegar al museo, pasamos por el Boston Harbor. Básicamente es un puerto, donde había un par de barcos amarrados. Por lo que leí, es un puerto natural y se puede apreciar una vista muy linda desde allí, creo que incluso la nieve le daba un encanto medio especial. Pero no voy a entrar en demasiado detalle dado que no estuvimos mucho rato, pero es recomendable para visitar en caso de estar varios días por la ciudad.

Finalmente, y luego de toda la redacción previa, llegamos al museo de ciencia de Boston. Como todo museo que pude visitar en los Estados Unidos, era realmente grande e interesante, necesitando un día para poder apreciarlo en su totalidad. Tiene muchas secciones, cada una dedicada a una parte o sector de la ciencia. En particular, me resultó muy interesante una exposición de fauna, en la que mostraban réplicas de animales ya extintos o a punto de extinguirse. En algunas vidrieras, también mostraban algunos de diferentes especies, pero que sin embargo tenían un pasado común del cual habían evolucionado de una forma distinta. En otro sector del museo, había alguno de las creaciones más famosas de los más grandes inventores de la historia. La siguiente foto por ejemplo, muestra la bomba de agua diseñada por Leonardo Da Vinci:



Continuamos caminando por el museo, hasta encontrarnos con un área exclusivamente dedicada a la historia del ferrocarril y del tren, mostrando cómo han ido evolucionando a lo largo de los años, desde los primeros esbozos y maquetas de los mismos, quizás pertenecientes a los 1800s, hasta réplicas de la diversa maquinaria que se ha ido utilizando, mostrando cómo la evolución tecnológica afectó al tren.

Otro sector muy interesante es el de simulación de eventos climatológicos. Había una máquina en la que se recreaba un tornado (a escala súper reducida) y su movimiento. Si no recuerdo mal, había un sector en el que se podía entrar a una habitación y ver los efectos de un terremoto, según su escala, desde los más imperceptibles hasta aquellos más dañinos. Debido al tiempo que ha pasado, no me acuerdo muy bien dónde estaba, pero había una bola de plasma. Para los no entendidos, son esas bolas en las que uno apoya las manos encima y toda la corriente que circula adentro se dirige (dentro de la bola) hacia el lugar donde apoyamos nuestra mano.

En nuestra recorrida, llegamos a un sector de viajes espaciales. Entre otras cosas, te podías encontrar con uno de esos carritos que envía la NASA en las misiones espaciales a explorar otros planetas. En este caso, habían hecho una réplica del suelo de la Luna y el carrito se movía en el mismo, esquivando obstáculos. De hecho, creo que también podías comandarlo con un control. Había también una cápsula espacial, donde uno podía ingresar y ver desde adentro.

Take a closer look, es un sector donde se utiliza tecnología para que podamos ampliar nuestros sentidos. Para esto, se utilizan cámaras infrarrojas, detectores de calor, microscopios que amplian imágenes para poder ver cosas que a simple vista no podríamos. Es muy interesante y recomendable.

Finalmente, llegamos a la parte de matemáticas. El hecho de haber estudiado una carrera con una fuerte dosis de cálculo, álgebra, lógica y materias afines, nos permitió conocer algunas de las cosas que se mostraban. Había un mural con una línea de tiempo, mostrando las grandes contribuciones hechas a la matemática a lo largo de la historia. En el área de probabilidad, estaba representada de forma muy entendible la campana de Gauss. Un hecho muy destacable, era que se habían preocupado de mostrar cómo influye la matemática en fenómenos naturales.

En el siguiente link, se pueden encontrar con las exhibiciones del museo de ciencia de Boston:



Finalmente, lo último que voy a decir del Museo de Ciencia y espero haberlo reflejado en todo lo que conté anteriormente, es que fue pensado para que sus visitantes puedan interactuar con muchísimas de las cosas que se exponen, lo cual lo hace muy atractivo y altamente recomendable en caso de visitar la ciudad.

Había pensado hacer únicamente dos entradas de Boston, pero bueno, ésta se extendió más de lo previsto, por lo cual, la siguiente será la tercera y última parte de esta ciudad. En la misma, hablaré de Harvard, de la cena más cara de la historia y alguna que otra cosa más.

lunes, 18 de marzo de 2013

Boston - Parte 1

En la entrada anterior, había culminado el racconto de mis travesías por New York. Sobre el final, mencioné que mi próxima entrada seguramente contaría cosas buenas para hacer tanto en Chicago como en NYC. Beh, me arrepentí. En algún momento lo voy a hacer, pero desde hace varios días, vengo inspirado y con ganas de escribir sobre la ciudad de Boston. Pero es raro, porque si bien pasamos dos días en la ciudad y tengo pila de recuerdos de la misma, mi mente no logra seguir una línea temporal de las cosas y estoy seguro de que ya me he olvidado de bastante. Como siempre, voy a intentar contar las cosas utilizando como recordatorio mis propias fotos.

En post anteriores, he hablado de Chicago y New York City. Si te interesa leer mis experiencias en ambas ciudades, pasá por acá:



Era Enero de 2011. Quizás para la mayoría de las personas, esa fecha no aporta demasiado al relato. Sin embargo, nuestro viaje se vio afectado seriamente por suceder en esta época del año. A mediados del mes de Enero de 2011, se produjo una de las peores tormentas de nieve en el norte y noreste de los Estados Unidos. Como consecuencia de lo anterior, muchos vuelos se reprogramaron y varios otros se cancelaron hasta nuevo aviso. Nosotros en ese momento, nos encontrábamos en Kansas City, en el estado de Missouri, siendo Boston nuestro próximo destino. Sufrimos cuatro cancelaciones o postergaciones de vuelos por esta tormenta amiga. Además, lo que más nos enojaba, era que ya de por sí íbamos a estar muy pocos días en la ciudad de Boston, por lo cual, un día menos en la misma, significaba perder un gran porcentaje de lugares para conocer. Decidimos ir al aeropuerto y pedir una solución; la alternativa que nos consiguieron fue hacer escala en Dallas en lugar de Chicago, dado que el mismo estaba cerrado. No dudamos y aceptamos la propuesta. Del aeropuerto de Dallas no tengo demasiado para decir, salvo que es grande (demasiado) y que tiene un sistema de trenes que permite desplazarse entre las terminales del mismo. Dejo un link:


Como podrán leer en el link anterior, está totalmente automatizado, siendo el sistema de trenes de aeropuerto más grande del mundo. Como detalle adicional, pasa cada dos minutos y alcanza los 56 km/h.

Dicho lo anterior, pasemos a lo que realmente motiva este relato: Boston. Lo primero que vimos en la ciudad fue nieve. Mucha. Nieve a niveles escandalosos. Habíamos convivido con nieve tanto en Chicago como en Kansas City. Incluso en esta última hicimos un snowman al calor del pleno invierno. Sin embargo, mi experiencia es que Boston en invierno es escandalosamente nevado. Apenas llegamos, tomamos un taxi desde el aeropuerto hasta llegar al apartamento donde nos alojaríamos. Era tanta la nieve, que cuando el taxi se detuvo, notamos que había un auto estacionado enfrente a nosotros, que tenía dos montañas de nieve, tanto adelante como atrás. Nieve que habían retirado para poder sacarlo. Nieve que, acumulada, era más alta que el propio auto. Pero no era de esa nieve blanca de los cuentos de hadas o de ese color infinitamente blanco de los paisajes nevados del Central Park. Toda la nieve que vimos en Boston era nieve sucia, marrón, nieve transitada por autos y acumulada contra las veredas para facilitar el paso. Una de las pocas ventajas, es que pese al clima nevado y a la poca temperatura, no se sentía demasiado frío.

Al llegar al apartamento, nos esperaba una rica muzzarella y un PS3 (sí, ríanse, pero en Enero/2011, un PS3 estaba recién saliendo!). Creo que esa primera noche no hicimos demasiadas cosas. Habíamos llegado bastante tarde y no daba para salir a explorar la ciudad a las 3 am, sabiendo que te vas a quedar únicamente un día más.

Se hizo el día, el único que pasaríamos en Boston. Sinceramente, me arrepiento de haber pasado un único día allí, aunque la idea original (maldita tormenta!) era estar dos días y medio (o algo así). Debido a que los dueños de casa tenían que salir a trabajar, aprovechamos para levantarnos temprano. Si no recuerdo mal, bastante temprano de hecho. Demasiado temprano si uno piensa que está de vacaciones, algo así como 6 am (o capaz que fue a las 9 y tengo muy mala memoria!). Recuerdo que una de las personas que nos alojaba, iba siguiendo mediante su smartphone el recorrido del ómnibus y no salimos del apartamento hasta tanto no estuviera lo suficientemente cerca. Lo único rescatable del trayecto en bus fue que en ese momento, terminé de darme cuenta que había demasiada nieve y que era marrón.

Nos bajamos en una zona que era cercana al MIT. Quizás no muchos conozcan qué es este instituto. No voy a darles el pescado, voy a enseñarles a pescar. Acá va un link:



En un breve resumen, es el mejor instituto de ingeniería del mundo. En facultad, muchos de los materiales de estudio recomendados, o bien, que se obtienen al googlear, proceden del MIT. Eso evidentemente, genera a cualquier estudiante de ingeniería en una relación de amor-odio hacia el MIT. De todas maneras, si hay algún motivo por el cual este instituto puede ser conocido en Uruguay, es por el Plan Ceibal. En un breve resumen, este plan es una extensión de OLPC (One Laptop Per Child), idea propuesta por Nicholas Negroponte, fundador del MIT Media Lab. Para más información:



En fin, paseamos un buen rato por los nevados terrenos del MIT, por supuesto, con un café bien cargado de Starbucks y con la cámara de fotos en mano. Además, entramos en la tienda del instituto, donde se pueden adquirir desde el clásico material de estudio, hasta distintivos del MIT, como remeras, buzos, gorros, tazas, jarras, banderas; no sé, lo que se te ocurra. Dejo una imagen de una camiseta que se puede comprar en ese lugar:


Nos divertimos un rato y luego partimos. Algo que nos pareció bastante interesante, es que en los terrenos nevados del colegio, alguien (algún estudiante quizás) aprovechó para hacer un iglú y diversas esculturas muy simpáticas con la nieve (esta nieve sí era blanca).

Por hoy no voy a escribir más. Mi idea es hacer una entrada más acerca de Boston. Al fin de cuentas, estuvimos un día y dos noches allí, no hay demasiada cosa por contar. En la próxima entrada, debería hablar de nuestro paseo por el Museo de Ciencia, por los terrenos de la Universidad de Harvard y finalmente, de la cena más cara que en mi vida degusté. Finalmente, hablé bastante de la nieve pero casi no puse imágenes, así que dejo alguna de yapa cuando andábamos cerca del MIT.


Podrán apreciar que la nieve es bastante blanca y no en las cantidades que puse más arriba, pero créanme, había mucha más.

Si llegaste hasta acá, gracias! :D