sábado, 8 de marzo de 2014

Florida - Orlando - Parte 6

En la entrada anterior, había prometido que escribiría acerca de dos parques de diversiones que visité en mi viaje a Miami, en Febrero de 2013, avisándole al lector que sería una entrada larga, apelando al famoso dicho de que el que avisa no traiciona. Pese a esto, gasté bastantes líneas en describir Downtown Disney y ya no me quedaba demasiada energía como para continuar.

Esta entrada entonces, tiene la particularidad de ser la continuación inmediata se su predecesora, la cual se puede acceder desde aquí:

La primera jornada de parques comenzó temprano, dado que teníamos que procurar nuestras entradas para los mismos. El plan ya estaba armado. Iríamos primero a Magic Kingdom y al día siguiente, a Islands of Adventure. Orlando tiene una particularidad respecto a sus parques: las entradas pueden comprarse prácticamente en cualquier lugar de la ciudad; se consiguen en tiendas, hoteles, almacenes o símil. Otro asunto interesante, es que muchos de estos lugares ofrecen precios promocionales, por lo cual, nunca es conveniente comprar ante la primera oferta. Asimismo, existen algunos lugares donde las entradas pueden ser compradas a precios con un gran descuento, pero eso sí, es necesaria la asistencia (previa) a una charla donde un/a joven con su mejor sonrisa y predisposición, intentará venderte algo.

Conseguidas las entradas (sin tener que ir a ninguna charla), salimos hacia la zona de parques, hasta llegar a Magic Kingdom. Bah, en realidad no llegamos a Magic Kingdom, sino a una mini estación de trenes que te lleva al parque. Pese a la alta frecuencia de viajes, los vagones iban siempre llenos de gente con sus cámaras prontas.

Una vez que se termina el viaje y uno entra al parque, se encuentra con una gran (gran por lo ancha, no por su largo) calle repleta de gente, con el castillo de la cenicienta de fondo. 



Justo en el momento en que llegamos, había un desfile de carrozas, con personajes famosos del mundo Disney, por lo cual, recorrimos la zona lentamente, intentando no perder detalle. Además, a los costados de la calle principal, pueden verse diversos locales donde se pueden comprar recuerdos del lugar y comer alguna cosa. Sinceramente, caminar por ese lugar hace que por momentos uno pierda la noción de la edad que tiene, sacando a relucir su niño interior. 

A diferencia de lo que pueden llegar a ser otros parques de diversiones, Magic Kingdom no se caracteriza por sus juegos intrépidos o grandes montañas rusas. La idea del parque (desde mi punto de vista) es entrar en contacto con personajes de los cuentos que te leen cuando sos chico. Y vaya si lo logran. Cuando llegamos al pie del castillo, nos encontramos con un show de Mickey, Minnie y otros, bailando junto a bailarines "humanos", causando el delirio de los más chicos.


Caminando por el parque, uno puede encontrarse con la recreación de una casa en un (gran) árbol. Las habitaciones están a diferente altura entre sí y se accede a las mismas a través de un camino hecho de madera. No sé si esta casa sería de algún personaje famoso de Disney, pero bueno, a los efectos, la casa está linda para visitar.

En otro sector del parque, se podía hacer un recorrido en bote y ver animales salvajes (falsos) a los costados. Particularmente, este paseo no fue muy de mi agrado, pues debimos hacer una cola enorme (de más de una hora) y nos tocó una guía que en su afán de animar el viaje y hacerlo más real, creo que consumía alguna sustancia estimulante.

Algo que me pareció muy interesante de Magic Kingdom es que caminando por cualquier sector del mismo, uno puede encontrarse con referencias a cuentos o películas. El ejemplo más claro de esto es una recreación de la espada del rey arturo, lugar donde los visitantes se detienen inmediatamente a tomarse una foto.

Finalmente, la diversión en este parque no se termina al caer la noche. Sobre el final de la jornada, organizan alrededor del castillo un desfile de carrozas luminosas, así como de distintos personajes, que pasan repartiendo saludos y alegría a todos los espectadores.


Una vez que el desfile culmina, hay un show de fuegos artificiales que deja a más de uno boquiabierto. Si no recuerdo mal, dura más de diez minutos y mientras los fuegos explotan, el castillo es iluminado con distintos colores y formas. Los aplausos que se producen cuando termina el espectáculo, son plenamente justificados. El show es altamente aconsejable.

Cuando estábamos emprendiendo la vuelta (el parque estaba casi cerrando), yendo hacia la estación de trenes, entramos a un edificio donde los visitantes podían fotografiarse con el ratón Mickey, quien además, se la juega y te firma un autógrafo.

---------------------------------------------------------------------------

Al día siguiente nos esperaba Islands of Adventure. Para quienes supimos ser medio enfermitos por el mundo de Harry Potter, este parque es poco más que un santuario. Sin embargo, es necesaria la siguiente aclaración: este parque no es exclusivamente dedicado al niño mago, sino apenas un sector del mismo.

Al llegar al parque, inmediata y cuasi instintivamente, comencé a caminar hacia el castillo de Hogwarts. Durante la caminata me crucé con el pajaro loco, quien estaba tan deseoso de sacarse una foto conmigo, que me convenció de detenerme y sacarme una foto con él.

Cumplida la sesión fotográfica y luego de caminar unos minutos más, el mundo mágico comenzó a aflorar de la nada, hasta que me encontré con esto:


El expreso de Hogwarts! Sí señor! Me hubiera gustado que apareciera la plataforma 9 y 3/4 y que luego de pasar por una (falsa) pared, uno diera con este tren, pero ta, no me quejo. Un siempre sonriente trabajador ferroviario se ofrecía gentilmente a cada uno de los turistas para sacarse una foto y hacer la experiencia aún más real.

Luego de toda la algarabía del tren, caminando unos metros más, se llega a una representación del callejón Diagon, con todos sus locales abiertos para los fervientes (loquitos) admiradores de la saga. Y ta, ya que estaba ahí, entré a un par de negocios. Tal como era previsible, se podía comprar de todo un poco referente a Harry Potter, desde buzos y bufandas, hasta libros y varitas. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce, los precios estaban bastante caros, o por lo menos, más caros de lo que este servidor estaba dispuesto a pagar. 45 dólares por un pedazo de madera con forma de varita y un estuche de Ollivanders, desde mi humilde opinión, no se justifican.

En las afueras de los locales, hay unos toneles donde se puede comprar la famosa cerveza de mantequilla (maldita editorial Salamandra y tus traducciones). Sin embargo, voy a cortarle la ilusión a todos los jóvenes: lo que te venden no es cerveza de mantequilla, sino jugo de calabaza.


En una parte del parque, hay un estrado donde cada cierto tiempo, un grupo de jóvenes que simulan ser estudiantes del colegio, brindan un show de canciones típicas de la saga. Es entretenido y se pasa un buen rato mirándolos. Por otra parte, en una de las montañas rusas, uno puede encontrarse con el auto animado del segundo libro o bien con la cabaña de Hagrid.



Continuando con el sector dedicado a HP, hay un simulador donde justamente, se simula un viaje en escoba durante un partido de Quidditch. Particularmente, no me agradó demasiado (quizás porque en la mitad de la simulación el juego se detuvo). Sin embargo, es excelente la decoración de la cola de espera. Se pasa por los invernaderos del castillo así como por distintos pasillos con muchas referencias a las películas. Me lamenté profundamente haber dejado la cámara de fotos en el locker, siguiendo los consejos de los carteles.

Además de HP, este parque tiene diferentes sectores. Hay algunas montañas rusas bastante interesantes, como Hulk y otra que simula un ambiente espacial futurista (no me acuerdo el nombre). Hay algunos juegos acuáticos también (ideales en caso de que el día esté muy caluroso), sin embargo, no se esmeraron mucho en su diseño. Me encantaría ir a un parque donde en los juegos de agua, te ensopes. Sin embargo, con un poco de mala suerte, en estos juegos te podía pasar de salir casi seco.

Creo que terminé (por fin) esta entrada referente a parques. Gracias por llegar hasta acá!

jueves, 6 de marzo de 2014

Florida - Orlando - Parte 5

Te abre la cabeza. No hay vuelta. Viajar te abre la cabeza. Además, se convierte en un vicio difícil de controlar (sobre todo presupuestalmente). Sin embargo, desde mi punto de vista, cada peso gastado durante un viaje, se convierte instantáneamente en una de las mejores inversiones que se pueden hacer.

En esta serie de entradas, vengo hablando de mis experiencias por el estado de Florida, Estados Unidos. Dado que he podido recorrer bastante el estado, he decidido provisoriamente escribir entradas temáticas. Las compras fueron el tema principal de la parte anterior, ahora, hablaré de parques de diversiones!

Como forma de agrupar este tipo de contenidos, dejo enlace para cada una de las entradas donde conté mis experiencias en estos lugares:

(1) Seaworld (Orlando, Florida) - Enlace a Seaworld
(2) Busch Gardens (Tampa, Florida) - Enlace a Busch Gardens
(3) Cedar Point (Sandusky, Ohio) - Enlace a Cedar Point

Una advertencia al lector: esta entrada va a ser bastante más larga que las anteriores. No digan que no avisé.

En mi segunda estancia en Miami, tenía planeado volver a Orlando y visitar algunos parques de Disney. Tal como conté en (1) y (2), en mi estadía anterior en esta ciudad, únicamente había visitado un parque de agua que no me había llenado mucho el ojo. Fue entonces que, auto mediante, partimos hacia allí. El viaje entre Miami y Orlando demora unas cuatro horas, incluyendo la parada obligatoria que hicimos en la casa de Ronald para recargar energía.

Orlando tiene una gran ventaja que se acentúa si uno anda en auto: alojarse en un hotel es realmente muy barato (bah, es muy barato en comparación a dormir en otras ciudades). Otra gran ventaja es que no es necesario reservar previamente: dada la cantidad de plazas disponibles, es muy difícil llegar a un hotel y que el mismo no tenga camas disponibles. Calles como International Dr., Universal Blvd o Palm Pkwy están repletas de hoteles y lugares para alojarse muy económicos. Una alternativa es quedarse en alguno de los hoteles "oficiales" de los parques de Disney. La ventaja principal es que uno se aloja prácticamente que adentro de los parques. La desventaja es casi obvia, los precios son bastante más altos que los que se pueden encontrar en otras zonas.

Llegamos a Orlando cuando ya era de noche y uno de los paseos que habíamos planeado, era conocer Downtown Disney. Voy a intentar explicar en forma resumida qué es este lugar. Downtown Disney es un paseo que por las características de la zona, se debe hacer de noche (de día vas a los parques (ahora que lo pienso, no sé si DD abrirá de día)). Es un lugar donde todos los establecimientos están decorados con elementos de Disney y donde se puede, desde ir a comer, hasta comprarse un muñeco de Star Wars o de princesas.



Lamentablemente, la siguiente foto no le hace suficiente mérito a lo lindo del lugar, pero bueno, tampoco encontré ninguna suficientemente mejor en internet. En este caso, se puede ver una de las calles de Downtown Disney. A la izquierda, un lago donde uno puede subirse a un globo que simula ser aerostático. A la derecha, diferentes locales donde uno puede adquirir productos de Disney. Atrás (no se alcanza a ver), yo.


Me hubiera gustado comprarme un reloj (bastante simplote) de Mickey, pero para contextualizar un poco, costaba unos 40 usd más impuestos. Tal como se aprecia en la primera foto, además de relojes, uno puede comprar macacos, remeras, tazas, mochilas, gorros, así como cualquier producto en el que pueda estamparse un personaje de cuentos o películas.

Continuemos. Para los amantes de las motos, hay un local de Harley Davidson. Además de productos relacionados, uno puede sacarse una foto con una moto bastaaante grande. Bien de motoquero. Lego también está presente en Downtown Disney. Hay un gran local donde venden las famosas fichas y con figuras ya construidas. Sinceramente, al verlas de cerca, es imposible imaginarse quién tiene suficiente paciencia como para armar algo así:


Caminando por DD uno puede encontrarse también con un restaurante temático bastante conocido: Planet Hollywood. Esta cadena de comidas fue creada con el respaldo de actores como Sylvester Stallone, Bruce Willis, Demi Moore y Arnold Schwarzenegger. En su interior toda la decoración hace referencia a películas famosas, con elementos fácilmente reconocibles de las mismas. Como ejemplo, la bicicleta que fue utilizada en la película The Truman Show, de Jim Carrey.


Existen muchísimos lugares para comer y tomar dentro de DD, así como decenas de atractivos por conocer. Se me ocurre que este paseo es uno de los paseos casi obligados en caso de andar por la vuelta.

Terminamos esta jornada cenando unos combos en Taco Bell, una famosa cadena de comidas (rápidas) mexicanas.

La idea original de esta entrada era hablar respecto a los parques Islands of Adventure Magic Kingdom. Sin embargo, voy a generar un poco de expectativa (?) y lo dejaré para lo siguiente.

martes, 4 de marzo de 2014

Florida - Miami/Orlando - Parte 4

Hace unos meses atrás, cuando comenzaba a pensar cómo haría para relatar mis experiencias en el estado de Florida, me veía en una posición difícil. Por lejos, ha sido el lugar (fuera de Uruguay) donde más tiempo he estado, así como uno de los lugares que más he podido recorrer en varias ocasiones. Podría seguir lo que viene siendo costumbre para cada ciudad: escribir lo vivido cronológicamente sin complicarme demasiado. Sin embargo, opto por algo distinto esta ocasión.

Si el lector ha caído por acá sin demasiada información previa, le recomiendo pasar por:


Allí comienzan mis relatos respecto al mencionado estado.

Pues bien, es momento de hablar de un tema recurrente cuando un turista pasa por Miami (y alrededores): las compras. A lo largo de esta entrada, pretenderé hablar acerca de shoppings y lugares similares que pude visitar y recorrer varias horas. El lector deberá comprender que no relataré experiencias en los centros comerciales más chic de la Florida, sino que muy por el contrario, apunté al segmento de establecimientos low cost. Aclarado esto, comencemos.

Cronológicamente, el primer lugar que visité se denomina Premium Outlet y está ubicado en la ciudad de Orlando, Florida. El lector frecuente podrá recordar que en la segunda entrada de Florida, ya mencioné este lugar. En breves palabras, es un shopping de outlets, con la característica principal de ser a cielo abierto. Como muchas veces es complicado imaginarse un lugar a partir de su descripción, dejo una imagen:


Tal y como puede verse en la imagen, hay outlets de muchísimas marcas (famosas y no tanto) que forman un centro con más de doscientos locales. Si uno de los objetivos de una persona al visitar este tipo de lugares es comprar compulsivamente, recomiendo dedicar un día entero a recorrerlo. Con paciencia, pueden encontrarse ofertas que rayan lo ridículo y que permiten ahorrar una buena cantidad de dólares. A diferencia de un shopping tradicional, las veces en las que he podido ir a Premium Outlet, si bien había una considerable cantidad de gente, se podía caminar sin andar pechándose con otros, quizás esta sea una ventaja de su enorme tamaño.

Pasaré ahora a hablar sobre tres centros comerciales que se encuentran en Miami y alrededores: Aventura Mall, Sawgrass Mills y Dolphin Mall. Como consejo (sobre todo para los dos primeros lugares) en caso de ir en auto, recomiendo prestar especial atención al lugar donde se lo deja.

Tal como indica su nombre, Aventura Mall se encuentra en una zona denominada Aventura, apenas al norte de North Miami Beach. Si se conduce por la Collins Ave. desde el sur, se podrán ver (a la derecha) múltiples torres construídas por el magnate Donald Trump, muchas de ellas incluso, cuentan con playas privadas para que sus usuarios no se junten con la chusma (?). Volviendo al tema principal, Aventura es un shopping gigante (comparando con cualquier shopping montevideano). Pude conocer este centro comercial en la mañana de un día entre semana, por lo cual, no me llamó la atención la poca gente que transitaba por los pasillos del lugar. De hecho, uno de los pocos lugares con alta concurrencia era un Starbucks en uno de los pisos superiores. Café en mano, pude conocer una casa de la marca Ferrari, con una réplica de un auto de carreras dentro del local. Macy's también era parte de Aventura Mall. Sin embargo, la mayoría de las marcas que se encontraban en este shopping no me resultaban conocidas y como detalle, en ninguno de los locales se veían los precios en las vidrieras. Mala señal. Evidentemente, el único consumo que hice en Aventura Mall fue un rico café.

Sawgrass Mills es un establecimiento que se encuentra bastante más al norte que Aventura, apenas al oeste del aeropuerto de Fort Lauderdale y apenas al este de los Everglades. A diferencia del shopping anterior, en Sawgrass Mills uno puede romper la chanchita tranquilo y gastar unos buenos dólares sin remordimiento. Las principales marcas tienen su local en este shopping y la mayoría de ellas son outlets, con lo cual se pueden conseguir productos realmente más baratos que su precio original. Ojo, no todos los productos se encuentran tan baratos, pero recorriendo un poco se obtienen precios únicos. Es más, existen algunas casas como Marshalls o T.J.Maxx, en donde se pueden encontrar productos de marca a precios incluso más baratos que en su local oficial. Algo interesante de este lugar, es un lugar para ir a comer llamado Rainforest Cafe. El mismo, se encuentra decorado como si se estuviera en medio de una selva, con múltiples maquetas que representan animales, tal como muestro en la siguiente imagen:



Finalmente, en Sawgrass probé algo típicamente estadounidense: los Pretzels de canela. Son altamente recomendables!

El último shopping del que hablaré es Dolphin Mall. El mismo es un shopping muy cercano al aeropuerto principal de Miami y es ideal para visitar el último día y luego emprender el retorno. En este caso, seré un tanto más breve; Dolphin Mall es muy parecido a Sawgrass Mills, aunque bastante más pequeño. A nivel de precios, creo que Sawgrass tiene mejores ofertas, aunque quizás también dependa de la época del año en la que se vaya. Como comentarios culinarios, contaré brevemente dos vivencias: por un lado, en este mall probé el pollo más exquisito que comí en mi vida (no sé que tenía, pero parecía bañado en una salsa con naranja y miel), por otro lado, probé jugo de caña de azúcar (pasan las cañas por una prensadora y del otro lado sale el jugo) que resultó ser bastante dulce.

Como bonus track, mencionaré Sports Authority, no es un shopping sino una casa de deportes con muy buenos precios. Recomendado si se busca comprar calzado o (como yo) raquetas de tenis.

lunes, 3 de marzo de 2014

Florida - Miami - Parte 3

Drink all day, play all night, let's get it poppin', I'm in Miami Trick!

Así empezaba el estribillo de una de las canciones más conocidas de la banda LMFAO y en nuestras charlas previas al viaje, habíamos prometido que esta canción sería lo primero que compartiríamos vía redes sociales, una vez que pisáramos el suelo Miamiense. Promesa que evidentemente, no cumplimos.


Veníamos de dos intensos días en Orlando, para más información:


Lo cierto es que luego de bastante investigación, habíamos decidido pasar nuestros dos días en Miami, en el "afamado" Miami Beach International Hostel, aparentemente votado como el mejor hostel en los Estados Unidos. Navegando en su página web, uno encuentra decenas de jóvenes sonriendo, felices de estar en South Beach, con botellas y vasos en sus manos. Sin embargo, el lector perspicaz podrá notar que nuestra experiencia no fue del todo fructífera.

Llegamos al hostel ilusionados de pisar por primera vez Miami Beach. Ni bien entramos, nos alertaron que era muy temprano para hacer check-in, por lo cual, deberíamos esperar hasta las 13 horas para poder ingresar formalmente al lugar. Sin embargo, nos invitaron gentilmente a hacer uso de las instalaciones (en criollo, dejar las maletas y jugar al pin pon con paletas de playa). Luego de algunos emocionantes partidos, nos informan que el almuerzo está listo y que podemos servirnos. Ni lentos ni perezosos nos acercamos a la mesa y nos servimos un plato de fideos fríos y sin gracia, que aparentemente serían el almuerzo que incluía el hostel. Posteriormente, cuando se hizo la hora de hacer el check-in, nos informaron que el hostel no contaba con habitaciones disponibles (?) con lo cual debíamos conformarnos con una especie de apartamento privado, a varias cuadras del lugar original. Para suerte nuestra, justo había comenzado a llover en la bella South Beach, con lo cual, arribamos empapados al apto.

Como conclusión, si el lector tiene deseos de ir a Miami y busca algo bueno, bonito y barato, no se deje engañar, el Miami Beach International Hostel, no cumple las dos primeras de las categorías.

En fin, una vez que logramos asentarnos, decidimos salir a caminar y conocer la zona. Lamentablemente el día no se prestaba para hacer playa, estaba bastante fresco y lluvioso (esto va para los que dicen que en Miami siempre es verano). En nuestra caminata, de casualidad pasamos enfrente Miami Ink (famoso por el programa de televisión), tal como atestigua esta foto:


También dimos algunas vueltas por la Collins Ave. y por Ocean Drive, dos de las calles más conocidas y concurridas en Miami Beach. En el caso de Ocean Drive, es bastante famosa dado que es la calle más cercana a la playa y cuenta con cientos de restaurantes (desde los más pitucos hasta hamburgueserías) a los que concurren miles de personas todas las noches a cenar. Además, muchísima gente va únicamente con el propósito de tomar fotos, tal es así, que transitar esa zona en auto por la noche es (literalmente) más lento que andar a pie. Esta calle es conocida también por ser residencia del fallecido diseñador de ropa Gianni Versace. En alguna entrada futura, publicaré una foto del lugar.

Caminando por Miami Beach, nos encontramos de casualidad con un lugar del que no teníamos conocimiento y que nos agradó mucho. Es una calle que está entremedio de la calle 16 y la 17 (algo así como la plataforma 9 y 3/4), pero que se denomina Lincoln Road. Es una especie de paseo peatonal, donde uno puede encontrarse muchísimos lugares para comer y beber, altamente concurridos, así como tiendas de electrónica, por ejemplo, Apple Store. Sin embargo, a diferencia de Ocean Drive, me dio la sensación de estar enfocado más para ir a almorzar o tomar algo en la tarde, y no tanto como paseo nocturno. Desde mi punto de vista, es un lugar al que uno debe concurrir en caso de andar caminando por las calles de Miami.

Finalmente, una de las pocas ventajas que encontramos en el alojamiento que elegimos, es que todas las noches se organizaban salidas para algún club nocturno. Eso nos permitió entrar a algunos boliches que quizás no hubiésemos conocido y además (supuestamente) pagamos menos por estar alojados en el hostel. Respecto a los mismos, el lector debe saber que son totalmente distintos a lo que uno puede estar acostumbrado en Montevideo. Los lugares a los que fuimos eran realmente grandes, con muchísimos juegos de luces y muy buena música y ambiente. Una de las cosas que me llamó la atención, es que en las barras tenés la opción de pagar los tragos con tarjeta de crédito, dejándole la misma al barman/barwoman que te atienda por primera vez y luego son ellos quienes se encargan de llevar tu "cuenta" hasta el final de la noche.

Como experiencia graciosa dentro del boliche, en un momento de la noche se me ocurrió ir al baño. Al momento de lavarme las manos, veo que un moreno de (algo así como) 2.14 metros y vestido de etiqueta me ofrece jabón líquido, lo cual acepto sin dudar. Mientras me lavaba las manos comienzo a notar que en la prolija mesada, hay decenas de frascos que mirándolos detenidamente, tenían etiquetas de Polo, Armani y demás, listos para ser utilizados por los asistentes al toilette. Mientras el moreno de 2.14 me ofrece una toalla para secarme las manos, veo lo que en un bar uruguayo se denominaría Caja Chica, donde el billete más chico era de 20 usd. Temiendo por mi vida, me termino de secar y salgo raudamente del baño sin mirar para atrás. Creo que no volví a ir por el resto de la noche.

Se extendió bastante esta entrada, sin embargo, creo haber contado todo lo que me quedaba respecto a mi primera visita a Miami. En la siguiente entrada, espero comenzar a relatar mi segunda estadía, que fue bastante más extensa y me permitió conocer un poco más de adentro las costumbres del miamiano.