viernes, 13 de julio de 2012

New York City - Parte 5

Supongo que cualquier mortal sentirá lo mismo. El primer gran viaje que haga, será incomparable. La primer subida a un avión, el primer despegue. Las ansias y nervios de los días previos. La tramitación de la VISA. El primer aterrizaje. En fin. 


Esta entrada corresponde a la parte 5 de la ciudad de New York, perteneciente a un viaje por la costa Este de Estados Unidos y México. Quizás haga referencia a entradas previas, por lo cual, si querés acceder a la anterior, hacelo acá:



Si mi memoria fotográfica no me falla y estoy relacionando bien los acontecimientos, voy a escribir sobre el día 3 en NYC. Tal como había comentado en otros post, la escala anterior a NYC fue Boston, desde el cual llegamos vía bus. Una de los lugares que más tenía ganas de conocer (y por el cual pasó el mencionado bus) era el Central Park. Es un lugar emblemático de la ciudad, inevitable para el turista. Tiene cierta magia en el aire. Sentís paz en medio de una ciudad en contínuo movimiento. Una isla en medio de la ciudad.

Era enero y hacía frío. Tuvimos la (mala) suerte de viajar en medio de la peor tormenta de nieve en los últimos 50 años en Estados Unidos. Muchos vuelos cancelados, mucho frío, mucha nieve. De todas formas, pese a eso, el Central Park estaba espectacular, mágico. 



Apenas llegamos, me di cuenta que es enorme. Es el doble de grande que Mónaco. Tiene muchos detalles (muchos escondidos), muchas cosas por conocer, con una cámara de fotos a mano, te enloquecés. Por las razones que expliqué anteriormente, el parque estaba cubierto de nieve. Era una capa espesa de 20 o 30 cms, salvo en los senderos del parque, que estaban completamente limpios y con su color negro asfáltico habitual. Existen muchos carros tirados por caballos, los que se pueden contratar para hacer un paseo por el parque. Nosotros preferimos caminar.

En una parte del parque, hay un "monumento" a John Lennon. Es una especie de placa circular, tipo un monolito, de unos dos o tres metros de diámetro y puesta en el piso, con la inscripción "IMAGINE".


Cerca, había una placa que agradecía a la generosidad de Yoko Ono y a una lista de países (incluido Uruguay) que habían aprobado y contribuido con la restauración de esa parte del parque. Continuamos caminando. En cierto lugar del parque, rodeado de nieve, había una fuente a la que llegaban múltiples caminos. Imagino que sería algún lugar central del parque, pero ni idea.

Algo medio bizarro que nos pasó, fue encontrarnos con un filipino (o de por ahí) vendiendo hot dogs al grito de "jo tó! jo tó!". No me inspiraba confianza, absolutamente nada. De todas formas, le compramos un jugo de naranja, cuyo color era similar al caribeño vencido de mandarina, y su gusto era peor.

La siguiente foto, tomada por mí, es de las mejores tomas del viaje. Es en uno de los bordes del parque, como podrán apreciar:


En un momento, llegamos a un ZOO infantil, al cual no entramos, dado que había que pagar y no pintaba mucho. De todas formas, pudimos recorrer un poco las zonas cercanas. Por otra parte, había un laguito cercano, donde habitaban decenas de patos y animales similares. Un entendido en la materia quizás podría reconocer varias especies de animales nadando en el lago, para mi eran todos patos. Creo que incluso se los podía alimentar, dado que no estaban muy separados del acceso del público.

Finalmente, como no podía ser de otra forma, nos encontramos con una pista de patín sobre hielo. Dado que ya habíamos demostrado nuestras aptitudes en la pista de Chicago, optamos por no avergonzar a los pobres niños patinadores. No queríamos que cargaran con ese peso el resto de su vida.

Luego de sacar varias fotos más, optamos por abandonar el parque. Algo curioso, en uno de los bordes, pueden verse diversas esculturas y monumentos de próceres y políticos latinoamericanos.

Por ahora no escribo más, aunque en estos días, prometo volver con la parte 6 de NYC!

viernes, 6 de julio de 2012

New York City - Parte 4

Nueva York es fascinante. La primer noche que pasamos allí, otro uruguayo supo decirnos que estaba enamorado de la ciudad, dado que todos los días conocía algo nuevo. Esta es la cuarta parte de mi viaje por NYC. Si querés leer la tercera, hace click acá.


El segundo día cruzamos hacia la isla de la libertad, donde reside la estatua famosa. Si no recuerdo mal, fue cerca del mediodía. Luego del paseo y fotos correspondientes, volvimos a la ciudad al atardecer (4 pm quizás). Esa tarde, optamos por subir al Empire State. Como datos interesantes, supo ser durante más de 40 años, la torre más alta del mundo. Además, fue nombrada una de las siete maravillas del mundo moderno.




Algo súper interesante, es que una vez adentro, mientras caminábamos por uno de los tantos pasillos, había algunas carteleras con el objetivo de conscientizar a la gente sobre el ahorro de energía. Lo planteaban como un proceso de varias etapas y mostraba que con un poquito de respeto por la naturaleza, se podía ahorrar (y mucho), tanto en barriles de petroleo, como en emisiones de gases de efecto invernadero.


En el Empire State hay dos vistas panorámicas. La primera es en el piso 86, creo que por 20 o 30 dólares se accede. Por otra parte, en el piso 102 hay otro observatorio, evidentemente, más caro. Por lo que leí en Internet, es más chico que el de más abajo, pero seguramente se vea más o menos lo mismo.


Serían las 6 pm. Afuera hacía frío, bastante. Cuando llegamos al piso 86, nos encontramos con una sala bastante amplia, las cuatro paredes de vidrio permitían visión 360 grados de la ciudad. Como cualquier habitación en Estados Unidos, estaba cómodamente calefaccionada. Para sorpresa nuestra, se podía salir de la sala hacia un balcón que rodeaba por completo la habitación (y sin pagar extra!). Allá fuimos. Sin temor a equivocarme, es la vez que sentí más frío en mis 24 jóvenes años. De cerca de 30 fotos sacadas, apenas 8 o 9 salieron sin ningún tipo de movimiento o temblor. De hecho, las que salieron más o menos bien, fueron sacas cuando se me ocurrió sacarme los guantes. Bastaron menos de 5 minutos para que se me congelaran las manos. Cuando terminamos de sacar las fotos, volvimos a la sala calefaccionada. Si afuera sentí MUCHO frío, apenas entramos a la habitación (y por un buen rato), sentí que me quemaba la cara (era la única parte del cuerpo que no tenía abrigo). Haciendo una cuenta fácil, adentro habría 23 grados, afuera, -20 (teniendo en cuenta que en la calle habrían unos -10). Los 40 grados de diferencia fueron los que me hicieron sentir cual pollo al spiedo.


Terminada nuestra expedición por el Empire State, y cuasi atraídos por sus luminarias, volvimos a ir al Times Square. Es increíble estar ahí en plena noche y que te parezca que es mediodía, la cantidad de luces y publicidades es asombrosa. Pasamos adelante una vez más del Hard Rock Café, y ahora me estoy arrepintiendo de no haber entrado. Posiblemente sea una excusa para volver. 


Como mencioné en los anteriores artículos, en una de las dos esquinas (en la más famosa) hay una escalinata a la que se puede acceder. No sé por qué, el día anterior no permitían subir, pero esa noche sí! Aprovechamos para sacarnos algunas fotos (más) y continuamos viaje. 


Mientras vagábamos por la zona, descubrimos una pantalla gigante con fotos de personas y mensajes escritos por ellas. La pantalla estaba encima de un negocio de ropa. Entramos al local a averiguar y nos dijeron que comprando algunas prendas, podías sacarte la foto. No dudamos y reventamos la tarjeta de crédito comprando un par de medias, lo que nos dio acceso a sacarnos una foto similar a esta:




Otro día sigo contando más historias.

jueves, 5 de julio de 2012

New York City - Parte 3

Desde que estoy escribiendo este blog, la parte más complicada siempre ha sido la introducción. De alguna u otra forma, es necesario introducir al lector en la historia y darle un motivo para leer el artículo completo. Voy a intentar resumir todo lo escrito hasta ahora. Me gusta viajar. Me gusta escribir. Se me ocurrió hacer una bitácora de viajes, de manera de compartir mis experiencias y como forma de no olvidar muchas de las anécdotas vividas. Estoy escribiendo actualmente acerca de New York City, siendo ésta la tercer parte. Si querés leer la parte 2:



A esa altura del día, ya me había convencido que NYC era la mejor ciudad del mundo. Va a ser complicado (muy, mucho) que otra ciudad la saque del pedestal. Creo que también en ese momento, fue cuando me di cuenta que viajar me apasionaba.

Pese a que este es el tercer artículo sobre NYC, sigo relatando nuestro primer día en la ciudad. Esa primera noche, teníamos ya una cita obligada. El dueño del apto en el que nos quedábamos (uruguayo también), tenía una banda y tocaba en un boliche neoyorkino. No me acuerdo la dirección del lugar, pero era la intersección de dos calles con nombre de número (ejemplo choto, en la 3era y la 8va). Mapa mediante, "llegamos". Sin embargo, el local no aparecía por ningún lado. En ese momento, caímos que las calles además tenían letras con los puntos cardinales. Me explico mejor, podían existir perfectamente dos calles "3era", la W (west) y la E (east). Decepción mediante, tuvimos que caminar como diez o quince cuadras más para encontrar el bendito boliche.

El toque estuvo bueno, encontramos muchos uruguayos que eran una especie de barrita de conocidos. Fue como encontrar un pedacito de Uruguay en el medio de NYC. Luego del toque, salimos todos juntos a comer unos tacos en un carrito (al mejor estilo de los carros de hamburguesas de MVD) mexicano. Luego de mucha charla como si nos conociéramos de toda la vida, tomamos un bus y volvimos al apto realmente cansados.

Pfff. Acabo de terminar el día uno.

Al igual que en las otras ciudades que habíamos visitado, en NYC hacía frío, nevaba y había bastante nieve acumulada en las calles, no tanto como en Boston, pero se hacía notar.

El día 2 en NYC amaneció soleado. No recuerdo mucho la temperatura, pero estimo habrían unos 0 grados. Decidimos ir a la isla de la libertad. Es presumible que el lector, en caso de no saberlo, haya imaginado que es el lugar donde se encuentra la "Estatua de la Libertad", cerca de la desembocadura del río Hudson (wikipedia sabe todo!). Además, la wiki me aporta (creo que en algún lugar de mi memoria este dato estaba) que fue un regalo de los franceses a los americanos, como signo de amistad.

Foto!

A la isla se cruza en ferry. Demorás un rato en llegar y podés sacar unas fotos espectaculares, tanto de la estatua como de la ciudad que te da la espalda. La desventaja, es que si vas en invierno, el vientito del mar, sumado a la baja temperatura, hacen una combinación gélida.


Si el lector me conoce y no ha visto ninguna foto mía en la isla de la libertad, le pido que se imagine la foto de arriba y mi cuerpo adelante. Ta, esa foto me la saqué. La isla de la libertad no es sólo la estatua (aunque es el ícono, evidentemente), además, hay un restaurant, miradores que apuntan hacia NYC (moneda mediante) y varios lugares para que puedas llevarte un recuerdo a cambio de algún billete verde. También un muñeco tamaño real, que te cuenta la historia de la isla y de la estatua, aunque no recuerdo mucho, creo que lo escuchamos dos minutos y nos fuimos.

Soy consciente que ya escribí bastante por hoy, así que basta!