Para el lector desprevenido, vengo contando mis avatares por la capital teutona. Si te perdiste la entrada anterior, te la dejo al alcance de un click:
Amanecía un nuevo día en Berlín. Luego de varios días soleados y primaverales, el cielo volvía a estar amenazante y se notaba que la lluvia no se haría desear demasiado. El plan para el día era ir por primera vez al centro de la ciudad, o Mitte, como se lo conoce en aquellas latitudes. Para ubicar espacialmente al lector, para llegar al centro, bastaba con volver a la Puerta de Brandeburgo y desde allí, en lugar de caminar hacia el Tiergarten, ir exactamente hacia el lado opuesto, caminando por el bulevar principal de la ciudad: Unter den Linden (en español: Bajo los Tilos).
Volvíamos de salir de lo del amigo Thomas. No sé si lo había comentado antes o no, pero luego del incidente en el subte, descubrimos que teníamos un ómnibus a dos cuadras de nuestro alojamiento que nos dejaba enfrente a Potsdamer Platz. Hacia allí fuimos, utilizando nuestro ticket por tres días.
En este momento, haré un paréntesis para contar algo que me pareció raro en Berlín. En todas las ciudades en las que estuve donde había subte, los vagones eran individuales y de tamaño similar al de un ómnibus. Para salir de un vagón y entrar a otro, era necesario salir por una puerta e ingresar al siguiente. En Berlín, los subtes son diferentes.
Como se puede ver en la foto, es un espacio contínuo desde una punta a la otra del tren. Es muy extraño ver hacia la parte de atrás cuando se está en movimiento, sobre todo cuando se está pasando por una curva, dado que el tren parece ir serpenteando por las vías. Con esto cierro el paréntesis: )
Llegamos a Potsdamer Platz, compramos un café en Starbucks y continuamos hasta el lugar planeado. Sin embargo, antes de caminar por el bulevar más famoso de la ciudad, teníamos una parada obligatoria: el Reichstagsgebäude o edificio del Reichstag. En este edificio, funciona actualmente el parlamento alemán.
Como el lector se podrá imaginar, por su cercanía, el edificio se encuentra en el barrio del Tiergarten, en el distrito Mitte. Fue terminado de construir en el año 1894 y (según Wikipedia) tiene un estilo neorrenacentista (espero que por lo menos un lector entienda esta última parte). Desde el año 1999 y cada cinco años se reúne en el Reichstagsgebäude la Convención Federal para elegir al presidente de Alemania. No confundir al presidente con el canciller de Alemania. Por lo menos en estos lares, estoy convencido de que (casi) nadie conoce al presidente alemán, un tal Joachim Gauck. Sin embargo, creo que todos sabemos el nombre de esta señora:
Me volví a desviar del tema principal: El edificio del Reichstag. Si el lector es frecuente del blog, habrá notado que en ningún momento mencioné que dicho edificio hubiera sido dañado durante la Batalla de Berlín en la Segunda Guerra Mundial. Bueno, lo menciono ahora. Durante dicha batalla, el Reichstagsgebäude fue lugar de cruentos enfrentamientos, siendo seriamente dañado. Incluso, a fines de febrero del año 1933, el edificio del parlamento ardió en llamas debido a un incendio intencional que nunca fue aclarado. Fue recién luego de la reunificación de Alemania, que el parlamento volvió a sesionar allí, previo a una gran reforma y modernización del edificio. Una de las principales características del recinto pasó a ser su nueva cúpula, que se ha convertido en una gran atracción turística, recibiendo miles de visitantes por día. Dentro de la misma existen rampas que permiten acceder a un mirador, que se levanta a 40 metros del suelo.
Como último comentario de la cúpula y tal como mencioné anteriormente, la misma puede ser visitada por turistas. De hecho, si no recuerdo mal se puede hacer en forma gratuita el paseo, mediante una reserva por la web. El día que pasamos por allí no teníamos hecha la reserva y luego no volvimos a ir, por lo cual, la subida a la cúpula quedará para el próximo viaje.
El clima estaba amenazando desde hacía algunas horas, hasta que en un momento cercano al mediodía comenzó a llover en forma bastante intensa, debiendo refugiarnos un buen rato en la Puerta de Brandeburgo. Cuando amainó un poco el agua, retomamos la caminata. Del otro lado de la puerta, está otra plaza bastante famosa de Berlín: la Pariser Platz (plaza de París). Luego de la plaza, comienza el bulevar Unter den Linden (que vendría a ser una continuación de Straße des 17. Juni, la que cruza el Tiergarten), uno de los más famosos de la ciudad y una de las principales rutas hacia el centro.
En Unter den Linden existen múltiples tiendas donde comprar recuerdos y chucherías de la ciudad, así como la versión alemana del museo de cera Madame Tussauds. Sobre este bulevar hay algunos edificios universitarios, así como diversos comercios y restaurantes. Tal como indica su nombre, existen cientos de árboles de tilo a lo largo de la calle, que fueron plantados en el año 1950. Al igual que en varios puntos de la ciudad, múltiples edificios importantes que dan a este bulevar están siendo remodelados o refaccionados, en la mayoría de los casos, con el objetivo de dejarlos idénticos a su construcción original.
Durante la caminata, me encontré con un Buddy Bär (oso Buddy), que es una escultura de un oso, de tamaño natural, de la cual hay 300 por todo Berlín (ubicados en plazas y calles importantes de la ciudad). Una peculiaridad que tienen, es que cada uno de los osos está pintado con un diseño distinto. De hecho, hace algunos años, vino una exposición de estos osos pintados a Montevideo, que si no recuerdo mal, se colocaron en la Plaza Independencia. Por otra parte, los osos promueven la tolerancia, la comprensión entre los pueblos y la paz entre las naciones del mundo.
A menos de dos kilómetros de la Puerta de Brandeburgo, caminando por Unter den Linden, se llega a un lugar llamado Isla de los Museos. La razón es simple, es literalmente una isla entre dos ramas del Río Spree donde hay varios museos. Sin embargo, la Isla de los Museos será parte del próximo relato.
Gracias por la compañía!
Volvíamos de salir de lo del amigo Thomas. No sé si lo había comentado antes o no, pero luego del incidente en el subte, descubrimos que teníamos un ómnibus a dos cuadras de nuestro alojamiento que nos dejaba enfrente a Potsdamer Platz. Hacia allí fuimos, utilizando nuestro ticket por tres días.
En este momento, haré un paréntesis para contar algo que me pareció raro en Berlín. En todas las ciudades en las que estuve donde había subte, los vagones eran individuales y de tamaño similar al de un ómnibus. Para salir de un vagón y entrar a otro, era necesario salir por una puerta e ingresar al siguiente. En Berlín, los subtes son diferentes.
Como se puede ver en la foto, es un espacio contínuo desde una punta a la otra del tren. Es muy extraño ver hacia la parte de atrás cuando se está en movimiento, sobre todo cuando se está pasando por una curva, dado que el tren parece ir serpenteando por las vías. Con esto cierro el paréntesis: )
Llegamos a Potsdamer Platz, compramos un café en Starbucks y continuamos hasta el lugar planeado. Sin embargo, antes de caminar por el bulevar más famoso de la ciudad, teníamos una parada obligatoria: el Reichstagsgebäude o edificio del Reichstag. En este edificio, funciona actualmente el parlamento alemán.
Como el lector se podrá imaginar, por su cercanía, el edificio se encuentra en el barrio del Tiergarten, en el distrito Mitte. Fue terminado de construir en el año 1894 y (según Wikipedia) tiene un estilo neorrenacentista (espero que por lo menos un lector entienda esta última parte). Desde el año 1999 y cada cinco años se reúne en el Reichstagsgebäude la Convención Federal para elegir al presidente de Alemania. No confundir al presidente con el canciller de Alemania. Por lo menos en estos lares, estoy convencido de que (casi) nadie conoce al presidente alemán, un tal Joachim Gauck. Sin embargo, creo que todos sabemos el nombre de esta señora:
Me volví a desviar del tema principal: El edificio del Reichstag. Si el lector es frecuente del blog, habrá notado que en ningún momento mencioné que dicho edificio hubiera sido dañado durante la Batalla de Berlín en la Segunda Guerra Mundial. Bueno, lo menciono ahora. Durante dicha batalla, el Reichstagsgebäude fue lugar de cruentos enfrentamientos, siendo seriamente dañado. Incluso, a fines de febrero del año 1933, el edificio del parlamento ardió en llamas debido a un incendio intencional que nunca fue aclarado. Fue recién luego de la reunificación de Alemania, que el parlamento volvió a sesionar allí, previo a una gran reforma y modernización del edificio. Una de las principales características del recinto pasó a ser su nueva cúpula, que se ha convertido en una gran atracción turística, recibiendo miles de visitantes por día. Dentro de la misma existen rampas que permiten acceder a un mirador, que se levanta a 40 metros del suelo.
Como último comentario de la cúpula y tal como mencioné anteriormente, la misma puede ser visitada por turistas. De hecho, si no recuerdo mal se puede hacer en forma gratuita el paseo, mediante una reserva por la web. El día que pasamos por allí no teníamos hecha la reserva y luego no volvimos a ir, por lo cual, la subida a la cúpula quedará para el próximo viaje.
El clima estaba amenazando desde hacía algunas horas, hasta que en un momento cercano al mediodía comenzó a llover en forma bastante intensa, debiendo refugiarnos un buen rato en la Puerta de Brandeburgo. Cuando amainó un poco el agua, retomamos la caminata. Del otro lado de la puerta, está otra plaza bastante famosa de Berlín: la Pariser Platz (plaza de París). Luego de la plaza, comienza el bulevar Unter den Linden (que vendría a ser una continuación de Straße des 17. Juni, la que cruza el Tiergarten), uno de los más famosos de la ciudad y una de las principales rutas hacia el centro.
En Unter den Linden existen múltiples tiendas donde comprar recuerdos y chucherías de la ciudad, así como la versión alemana del museo de cera Madame Tussauds. Sobre este bulevar hay algunos edificios universitarios, así como diversos comercios y restaurantes. Tal como indica su nombre, existen cientos de árboles de tilo a lo largo de la calle, que fueron plantados en el año 1950. Al igual que en varios puntos de la ciudad, múltiples edificios importantes que dan a este bulevar están siendo remodelados o refaccionados, en la mayoría de los casos, con el objetivo de dejarlos idénticos a su construcción original.
Durante la caminata, me encontré con un Buddy Bär (oso Buddy), que es una escultura de un oso, de tamaño natural, de la cual hay 300 por todo Berlín (ubicados en plazas y calles importantes de la ciudad). Una peculiaridad que tienen, es que cada uno de los osos está pintado con un diseño distinto. De hecho, hace algunos años, vino una exposición de estos osos pintados a Montevideo, que si no recuerdo mal, se colocaron en la Plaza Independencia. Por otra parte, los osos promueven la tolerancia, la comprensión entre los pueblos y la paz entre las naciones del mundo.
A menos de dos kilómetros de la Puerta de Brandeburgo, caminando por Unter den Linden, se llega a un lugar llamado Isla de los Museos. La razón es simple, es literalmente una isla entre dos ramas del Río Spree donde hay varios museos. Sin embargo, la Isla de los Museos será parte del próximo relato.
Gracias por la compañía!
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