Estábamos en Berlín, en los primeros días de abril de 2014. En la entrada anterior, habíamos caminado por la calle de tilos hasta llegar a una isla llena de museos en el centro de la ciudad. La lluvia que unas horas antes nos había detenido unos minutos en la Puerta de Brandeburgo, ya era historia. Al salir del Museo de Pérgamo, el día volvía a estar nublado aunque con algunos destellos luminosos. Si querés leer (o releer) la parte anterior, pasá por acá:
Recién habíamos salido del museo, ya llevábamos varias horas de recorrida y el hambre se estaba haciendo sentir. Una de las comidas típicas alemanas es el clásico frankfurter, por lo cual, dada la hora (ya era media tarde) y que no habíamos comido nada en el día (bah, capaz desayunamos antes), opté por comprarle una salchicha al pan a un vendedor ambulante. Este tipo de cocineros/vendedores son conocidos como Ich bin ein berliner, son personas que van recorriendo la ciudad cocinando sus salchichas. Para ejemplificar, son similares a los vendedores de helado que van con su carrito, la única diferencia es que los alemanes van cocinando además. El precio era súper económico (menos de dos euros), aunque el gusto dejaba bastante que desear. No es que fuera feo, sino diferente a lo que esperaba. Me quedo con los Schneck.
Seguimos nuestra recorrida abandonando la isla de los museos. A partir de ese punto, la ya mencionada Unter den Linden se convierte en Karl-Liebknecht-Straße, otra importante calle del centro de Berlín. Ahora que estoy investigando y rememorando los lugares visitados, me llama mucho la atención cómo las calles (por lo menos, varias de las importantes) cambian de nombre continuamente. Unter den Linden por ejemplo, a partir de la Puerta de Brandeburgo se llama de otra forma. En fin. En ese entonces ya estábamos caminando por Karl-Liebknecht-Straße. Apenas salir de la isla, sobre la izquierda hay un acuario bastante importante al que no fuimos y por ende, no daré mayores detalles. Una cuadra más adelante, esta vez sobre la derecha aparecen dos puntos importantes de la ciudad: Marienkirche y Berliner Fernsehturm.
Marienkirche es la Iglesia de Santa María de Berlín. Es una construcción muy antigua. Tan es así, que no se conoce la fecha exacta de construcción, aunque ya era mencionada en crónicas locales en el siglo XIII. Esto la convierte en una de las iglesias más antiguas de Berlín. En su origen, la misma era católica. Sin embargo, pasó a ser evangélica luterana a partir de la reforma protestante.
Por su parte, Berliner Fernsehturm es una torre de televisión construida en 1969 por la RDA. Actualmente es uno de los íconos de la ciudad, siendo de los lugares más visitados por turistas en Berlín. La torre mide 368 metros, siendo el cuarto edificio más alto de Europa. En su cúspide hay una cúpula, donde coexisten un restaurante giratorio y un mirador a 200 y pocos metros de altura, desde el cual se pueden ver todos los barrios berlineses.
Estar parado al lado de la torre permite darse cuenta de la enorme dimensión de la misma. De hecho, no fue sencillo fotografiarla estando cerca y debimos movernos bastante para encontrar un buen ángulo. Lamentablemente, cuando fuimos había una espera de tres horas para subir, por lo cual decidimos postergarlo para el día siguiente. Luego, terminó postergándose para el próximo viaje a la ciudad. Creo que hoy me arrepiento de la elección.
Continuando la caminata por Karl-Liebknecht-Straße llegamos a Alexanderplatz, una de las plazas más importantes de la ciudad. Está rodeada por edificios importantes, como Berliner Fernsehturm o el Park Inn Hotel, que es el edificio más alto de la ciudad con sus 125 metros. Dentro de la plaza hay un monumento llamado Urania-Weltzeituhr (Reloj Mundial), una estructura que rota permanentemente y muestra la hora actual de distintas ciudades del mundo. La parte de abajo del reloj está dividida en 24 caras, cada una correspondiente a un huso horario. La parte superior en cambio, muestra una versión simplificada del sistema solar, con sus planetas y órbitas. Junto con la torre de televisión, es uno de los puntos típicos de la ciudad.
Alrededor de Alexanderplatz hay un gran número de tiendas de todos los tipos. Asimismo, es un punto muy importante de trasbordo para pasajeros. De todas maneras, debo aclarar que el término plaza es un tanto distinto al que aplicamos en Uruguay. Alexanderplatz como se puede ver en la imagen es un gran espacio que permite que miles de personas transiten sin problemas, pero que no cuenta con el verde de una plaza típica uruguaya. Como comentario final, el origen del nombre de la plaza es en honor a la visita del zar Alejandro I de Rusia en el año 1805.
Por el momento es todo. Creo que estaría quedando una única entrada de Berlín, donde hablaré del muro y de topografía del terror, una exposición que valió la pena visitar.
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