Tiempo atrás, cuando planificaba posibles viajes al exterior o pensaba en cuáles serían mis próximos destinos, sabía que España sería, tarde o temprano, uno de los inevitables. Pese a esto, no era un lugar al que tuviera particular interés en ir, al contrario, inconscientemente tenía el convencimiento de que no me gustaría demasiado. Sin embargo, una insólita competencia de precios entre Iberia y Air Europa me pusieron delante de una PC eligiendo las fechas de salida y retorno antes de que me pudiera poner a reflexionar si quería ir o no. Y vaya que fue acertada la decisión!
Originalmente, esta entrada iba a corresponder a Bruselas, la segunda ciudad que visité en Bélgica, pero en honor al buen tiempo vivido, decidí ir a por España.
A modo de tradición, dejo link a la entrada inmediata anterior, donde el relato se centraba en Brujas.
Lo primero a decir es que en sólo ocho días, recorrimos las ciudades de: Toledo, Consuegra, Granada, Nerja, Málaga, Torremolinos, Marbella, Ronda, Sevilla, Mérida, Salamanca, Ávila y Madrid, por lo cual, el lector notará que los relatos respecto a alguna de ellas serán por demás breves y con pocos detalles. No había tiempo para mucho más.
Lo segundo a decir (y bastante relacionado con el punto anterior) es que los relatos serán ordenados por comunidades autónomas más que por ciudades. A modo de información, España está compuesta por 17 comunidades autónomas, que a su vez están formadas por provincias (50 en total) divididas en 8118 municipios. El lector avispado ya habrá notado que la entrada que nos reúne corresponde a la comunidad de Castilla-La Mancha. A modo de MÁS información, es la tercera comunidad más extensa de España y cuenta con algo más de dos millones de habitantes.
Pisamos territorio europeo bien temprano en la mañana, en una fría mañana otoñal. El plan era sencillo: desayuno rápido en el aeropuerto de Barajas, levantar el auto que habíamos alquilado y partir presurosos hacia Toledo, nuestro primer destino y además, capital de la comunidad autónoma. Toledo se encuentra a unos 70 km de Madrid y es conocida como La ciudad imperial por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I y también como La ciudad de las tres culturas, por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes.
En cierta forma, Toledo es similar a Brujas, ciudad correspondiente a las entradas anteriores: ambas tienen muchos siglos de historia y han logrado mantener y preservar esa historia en sus edificaciones. Claro, Toledo no está rodeada de canales de agua y sus construcciones son bastante distintas a las belgas u holandesas, sin embargo, al caminar por sus calles, uno puede darse cuenta que siglos atrás, la vista no sería tan distinta.
Dejamos el auto bastante cerca del centro de la ciudad y luego de unas primeras fotos, comenzamos a caminar por unas callecitas realmente estrechas, con edificios de dos o tres pisos a su costado y donde las veredas y las calles casi lo mismo. Minutos después, llegábamos a la Plaza de Zocodover, cuyo nombre procede del arabe sūq ad-dawābb, que significa mercado de bestias de carga. La plaza en cuestión es de los puntos más importantes de Toledo desde tiempos medievales.
Al igual que muchas otras plazas de España (que prontamente veremos), la Plaza de Zocodover es un lugar espacioso, rodeado de construcciones bajas, tal como se aprecia en la imagen. Ésta en particular, actúa como plaza mayor de la ciudad, es decir, la principal de Toledo. Muchos de los balcones de las construcciones aledañas están adornados con banderas españolas, desconozco si serán oficinas públicas o simplemente vecinos orgullosos de su país.
Suficiente por ahora, en la próxima entrada seguiremos hablando (creo que exclusivamente) de Toledo y sus estrechas calles.
Lo segundo a decir (y bastante relacionado con el punto anterior) es que los relatos serán ordenados por comunidades autónomas más que por ciudades. A modo de información, España está compuesta por 17 comunidades autónomas, que a su vez están formadas por provincias (50 en total) divididas en 8118 municipios. El lector avispado ya habrá notado que la entrada que nos reúne corresponde a la comunidad de Castilla-La Mancha. A modo de MÁS información, es la tercera comunidad más extensa de España y cuenta con algo más de dos millones de habitantes.
Pisamos territorio europeo bien temprano en la mañana, en una fría mañana otoñal. El plan era sencillo: desayuno rápido en el aeropuerto de Barajas, levantar el auto que habíamos alquilado y partir presurosos hacia Toledo, nuestro primer destino y además, capital de la comunidad autónoma. Toledo se encuentra a unos 70 km de Madrid y es conocida como La ciudad imperial por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I y también como La ciudad de las tres culturas, por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes.
En cierta forma, Toledo es similar a Brujas, ciudad correspondiente a las entradas anteriores: ambas tienen muchos siglos de historia y han logrado mantener y preservar esa historia en sus edificaciones. Claro, Toledo no está rodeada de canales de agua y sus construcciones son bastante distintas a las belgas u holandesas, sin embargo, al caminar por sus calles, uno puede darse cuenta que siglos atrás, la vista no sería tan distinta.
Dejamos el auto bastante cerca del centro de la ciudad y luego de unas primeras fotos, comenzamos a caminar por unas callecitas realmente estrechas, con edificios de dos o tres pisos a su costado y donde las veredas y las calles casi lo mismo. Minutos después, llegábamos a la Plaza de Zocodover, cuyo nombre procede del arabe sūq ad-dawābb, que significa mercado de bestias de carga. La plaza en cuestión es de los puntos más importantes de Toledo desde tiempos medievales.
Al igual que muchas otras plazas de España (que prontamente veremos), la Plaza de Zocodover es un lugar espacioso, rodeado de construcciones bajas, tal como se aprecia en la imagen. Ésta en particular, actúa como plaza mayor de la ciudad, es decir, la principal de Toledo. Muchos de los balcones de las construcciones aledañas están adornados con banderas españolas, desconozco si serán oficinas públicas o simplemente vecinos orgullosos de su país.
Suficiente por ahora, en la próxima entrada seguiremos hablando (creo que exclusivamente) de Toledo y sus estrechas calles.