domingo, 11 de mayo de 2014

Florida - Naples/Sanibel/Sarasota - Parte 7

Casi dos meses sin escribir! Ya estaba extrañando este hábito que nunca llegó a ser tal! Generalmente cuando decido incorporar una entrada a esta bitácora, tengo que estar motivado. Tengo que tener ganas reales de escribir sobre un tema. Hace tiempo que tengo ganas de tener ganas de escribir, pero no llegaban. Hasta hoy. Tengo la idea de escribir bastante más a menudo a partir de ahora y por un buen tiempo, dado que cuento con bastante material nuevo y la memoria tiende a olvidar detalles que me gustaría relatar.

La última vez, había hablado sobre los parques de Orlando. No es muy complicado de acceder a las entradas anteriores (están todas a la derecha de la pantalla), pero voy a ser generoso y facilitar el acceso a la entrada próxima pasada.



Como he comentado en entradas anteriores, dado que he visitado Miami o alguna ciudad del Estado de Florida en (casi) todos mis viajes a Estados Unidos y sin dudas, es el Estado donde más tiempo he estado (qué generoso el idioma Castellano para permitirme esta redundancia), las historias relatadas no estarán ordenadas en forma cronológica, sino que estarán agrupadas según el tema que se me ocurra hablar. En este caso, escribiré acerca de una aventura de dos días por la costa oeste de Florida, donde visité ciudades que (al menos para mi) son poco conocidas y generalmente son opacadas por las ultrafamosas Miami y Orlando.

En nuestro viaje del mes de Agosto de 2013 a Cleveland y Miami, en el avión de ida (MVD-MIA), tuvimos oportunidad de hablar con un ciudadano estadounidense que había llegado al Uruguay para participar de una cacería de patos. Sí, muy raro. Lo cierto, es que le comentamos al don que teníamos la idea de visitar la costa oeste de Florida (puntualmente, la ciudad de Sarasota) y fervientemente nos recomendó visitar una "hermosa" playa, llamada Sanibel. Consultando el mapa, vimos que esta playa quedaba casi que de pasada entre Miami y Sarasota, por lo cual, decidimos darle una chance al consejo del señor.

Vale aclarar que en esta oportunidad, habíamos alquilado un auto. Bah, andábamos con flor de camioneta nueva de paquete (como usted lo deseaba) dado que en la rentadora de autos, no tenían el modelo barato que habíamos alquilado. Dejo una foto de la camionetita Ford Explorer.




Lo cierto es que en esta camioneta, haríamos los casi 400 kilómetros que separan Miami Beach de Sarasota. Para los que piensen que la nafta es barata en Estados Unidos, les comento que este bichito de luz, consumía un litro por cada siete km, una ganga!

En caso de que el lector sea una persona proactiva y amante de la investigación, ya habrá notado que recorrer el camino entre la costa este y oeste de Florida, implica manejar varias horas por una autopista donde no hay nada, salvo miles de autos yendo y viniendo. No hay comercios, hay muy pocas salidas y sobre todo, no hay estaciones de servicio. De hecho, algo que me llamó la atención fue que antes de entrar a la autopista, vimos diversa cartelería advirtiendo al conductor de que en los próximos 200 (creo) kilómetros, no tendría ningún lugar para cargar nafta. Un delirio, teniendo en cuenta que realmente, son miles los autos que circulan por día en esas rutas.

Luego de un par de horas manejando por la autopista 75, llegamos a la ciudad de Naples. Algo que ya habíamos previsto (más allá de detenernos en la recomendada por el cazador de patos, Sanibel) era conocer alguna otra playa de la costa oeste de Florida. En ese sentido, Naples parecía ser una buena opción. Para quien no la conoce, Naples es una pequeña ciudad de unos 20 mil habitantes y sinceramente, cuenta con unas playas hermosas. Ojo, no quiero engañar al lector, no son playas de agua turquesa, pero la misma es clara (medio verdosa) y casi transparente. Además, la temperatura de la misma era ideal, tuvimos ganas de quedarnos un par de horas, en lugar de únicamente pegarnos un breve chapuzón. Respecto a la ciudad, Naples me dio la sensación de ser una especie de balneario medio glamouroso, con todas las casas con un estilo similar a este:




Daba para quedarse un rato más, sin embargo, debíamos seguir rumbo a Sanibel y posteriormente, Sarasota. Íbamos con mucha expectativa: El señor de los patos nos había asegurado que era un lugar de ensueño y de hecho, consultando hoy en google, surgen imágenes casi paradisíacas de estas playas. Sin embargo, nosotros no encontramos ese bello paisaje que nos habían prometido. Sin querer extenderme mucho en el relato, relataré algunos hechos que quizás hayan contribuido negativamente en nuestro parecer. Nos desviamos unos cuantos kilómetros (y horas) para llegar. Una vez que se sale de la autopista, se debe manejar en unos caminos donde la velocidad máxima es de 30 millas por hora (unos 45 hm/h) durante un buen rato. Hacía un calor bastante jorobado y nos daba la impresión de que no llegábamos más a la playa de las que tan bien nos habían hablado. Cuando por fin arribamos, el agua no era tan maravillosa como imaginábamos, por lo cual, hicimos visita de médico y volvimos a nuestro camino.

Un par de horas después, estaríamos llegando a Sarasota, a la casa de un amigo de mi amigo, casa donde pernoctaríamos una noche. No voy a dar detalles de la misma, simplemente diré que es la mejor casa en la que he estado (y probablemente vaya a estar durante un muy buen tiempo). 

Sarasota es una ciudad famosa, entre otras cosas, por tener a Siesta Beach, la mejor playa de los Estados Unidos según el Dr. Beach (el doctor playa). Supongo que con ese nombre, será un erudito de la materia. Lo cierto es que la playa es fantástica (nuevamente como advertencia al lector, no es una playa caribeña) y muy recomendable de visitar. Además, permite ver atardeceres como este:



Luego de ese atardecer, cuando volvíamos de la playa, se me rompieron mis lentes (en una anécdota bastante tonta, que no vale la pena ni contar). Al otro día volvimos a pasar un par de horas más en este bello lugar. Sin conocer gran parte de las playas de Estados Unidos, puedo afirmar que Siesta Key es de las mejores y tiene un agua muy disfrutable. Lamentablemente, no nos podíamos quedar mucho tiempo más, puesto que quienes nos alojaban se iban de viaje al mediodía. De todas maneras, fueron sumamente gentiles y generosos con nosotros, abriéndonos las puertas de su casa. Desde este medio, sólo puedo decirles: Gracias!

Lamentablemente, casi todo tiene un inicio y un final (las rectas no) y esta entrada ha llegado a su fin. No sé de qué irá la próxima entrada, aunque seguramente, hable de Miami Beach y el incidente con la camioneta.

2 comentarios:

  1. q ciudad de las q nombras en mas barata para alojarse; lugares para comer, etc???

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  2. Hola! Lamentablemente no sabría decirte, por suerte no tuve que pagar alojamiento allí.

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