martes, 8 de diciembre de 2015

Andalucía, España - Parte 5

Habíamos terminado la visita a La Alhambra y con esto, nuestra visita a Granada. El viaje venía siendo tal lo previsto, muchísimas cosas para ver en muy poco tiempo! Era media tarde del segundo día y ya nos dirigíamos a la cuarta ciudad: Nerja. Te dejo a mano la entrada anterior por si te la perdiste:


Luego de una hora y poco de ruta, estábamos llegando a Nerja, una (al menos para mí) desconocida ciudad al sur de España. Para ser sincero, el objetivo en ese entonces era llegar a Málaga. Sin embargo, al planificar el viaje nos encontramos con Nerja, una ciudad conocida por tener imágenes de arte rupestre más antiguas de la historia.

Pero vayamos en orden. Llegamos unas horas antes de la puesta de sol a Nerja, una pequeña ciudad a orillas del Mar Mediterráneo. Es una ciudad muy chica, apenas un poco más de 20 mil habitantes. Como opinión personal, me pareció similar (aunque en menor escala) a Málaga o Marbella. Una ciudad chica, prolija, con muchas casas y construcciones típicas de un balneario.


Por supuesto, luego de una zambullida en las aguas del Mediterráneo, nos dirigimos a la famosa Cueva de Nerja, que como decía antes, es popular por contar con pinturas rupestres de las más antiguas que se conocen. Dado que las visitas a la cueva son guiadas, aprovechamos para matar el tiempo (y el hambre) con un sandwich de jamón crudo. Sí, todos los días comimos jamón crudo :)

Llegó nuestro turno y entramos al enorme lugar. Es sorprendentemente grande, lleno de estalactitas y estalagmitas y de columnas que supuestamente son la conjunción de las dos anteriores. Incluso, estas formaciones naturales siguen generándose, por lo que, potencialmente, en decenas de miles de años podrían llegar a ser muy distintas a lo que vemos hoy.


La Cueva de Nerja es inmensamente grande. Cada media hora parte un grupo guiado a hacer una recorrida. Además de su tamaño, son famosas por contar con pinturas rupestres de focas, datadas de hace 42 mil años, consideradas como las más antiguas de la humanidad. Existe un sistema de escaleras y caminos que facilitan el recorrido, así como luminaria especial que permite visualizar los detalles y puntos importantes del lugar.


Para finalizar con la cueva, vale resaltar que fueron descubiertas recientemente (el siglo pasado) e incluso existen determinados puntos que aún no han sido habilitados para el público. Realmente vale la pena visitar el lugar.

Una vez que salimos al aire libre, nos encontramos con un magnífico atardecer, que nos acompañó en nuestra recorrida a Málaga, ciudad que brevemente relataré en mi próxima entrada.